Alguna vez Enrique Vila-Matas escribió en su novela Historia abreviada de la literatura portátil que todo lo esencial para un ser humano debería caber en un maletín. Cuando uno se mueve constantemente de destino, esta sentencia se convierte en realidad y quizá por eso los viajeros frecuentes evitan las largas filas para documentar el equipaje y la respectiva espera (de al menos media hora) para recoger las maletas en el aeropuerto.
Hablamos de atravesar el mundo únicamente con la maleta de mano y aunque librarse del equipaje pesado parece una tarea imposible, basta un poco de organización y una lista de prioridades para lograrlo. Y es que si lo pensamos detenida y fríamente, las personas –al menos la mayoría– necesitan muy poco para sentirse felices. Lo mismo ocurre a la hora de viajar.
Eso sí, antes hay que revisar detenidamente los reglamentos de la aerolínea para cumplir con las normas y los kilogramos permitidos. También hay que considerar aquellos artículos prohibidos como los líquidos de más de 100 mililitros. Por otro lado, aunque hay diversos tips que van desde escoger una buena valija o aprovechar al máximo los espacios, estos 10 consejos básicos los ayudarán a hacer la maleta perfecta para viajar mucho más cómodo y liviano:
1
Para ser viajeros minimalistas hay que tomarse un minuto para pensar en aquello que empacamos la última vez y no ocupamos. También hay que recordar lo que nos hizo falta (y sumarlo). A partir de ahí se puede hacer una selección de lo que es verdaderamente útil.
2
Es imprescindible revisar el clima del destino y hacer, de preferencia, una lista de actividades y prioridades para definir qué tipo de ropa se va a necesitar.
3
La mayoría de los hoteles ofrecen un pequeño kit de bienvenida que incluye jabón corporal, pasta y cepillo dental, shampoo y crema humectante.
4
Nada como sacarle provecho a todos los espacios y guardar calcetines o medias en los zapatos (por ejemplo).
5
En lugar de libros, lo mejor es llevar un kindle. La otra opción es acercarse a la biblioteca del alojamiento, que es en donde suele haber una sección de obras olvidadas y donadas. Quién sabe, igual y ahí se esconde una joya literaria.
6
Lo ideal es enrollar las prendas y tratar de acomodarlas según su tipo. Los packing cubes facilitan esta tarea.
7
Lo más pesado siempre va en la parte baja de la maleta, esto aporta estabilidad.
8
Si de regreso falta espacio, siempre se puede donar algo de ropa a quien lo necesita.
9
Lo recomendable es llevar lo más grueso o pesado puesto: abrigos o botas, por ejemplo.
10
Olvídense del “por si acaso”. Las cosas que se empacan pensando que tal vez se van a necesitar en realidad nunca se ocupan y sólo quitan espacio y hacen más pesada la maleta. Como viajeros minimalistas, confíen en su planeación y piensen que siempre habrá un lugar en donde puedan comprar aquello que se requiera con carácter de urgencia.
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