Hace apenas unos meses, en nuestro primer número del año, dedicado al futuro, nos preguntábamos: ¿hacia dónde vamos? Hubiera sido imposible prever el panorama que ahora enfrentamos. El futuro nos alcanzó: una epidemia ha suspendido temporalmente la vida como la conocíamos. Es difícil dimensionar la escala de la contingencia. Para nosotros, que nos dedicamos a los viajes, la sensación es que los cambios serán enormes.
¿Qué podemos hacer desde Travesías, si nuestra razón de ser es inspirar a las personas a viajar?
Conscientes de que lo más responsable en estos momentos es guardarse, quedarse en casa, estar cerca de quienes más nos necesitan, nos toca pensar en los viajeros en potencia y los viajeros de corazón. Hacer lo que siempre hemos hecho: inspirar a viajeros, incluso en tiempos difíciles. Queremos mantener vivo el aliento para las travesías que nos esperan en el futuro, pero también para dar un respiro necesario en el presente.
Por eso, queremos ofrecer a todos nuestros lectores un acceso digital gratuito a nuestra más reciente edición, nuestro número de abril-mayo, dedicado al turismo rural.
El número que tienen en sus manos (o que están ojeando en sus pantallas) no lo pensamos como respuesta a una crisis, aunque parece hecho a la medida para el momento que vivimos. Es una invitación a bajar la velocidad, reorientar las energías, revalorar lo importante. Una dedicatoria a la quietud y el sosiego del campo.
Los paisajes solitarios de la campiña y los bosques de Kumano Kodo, en Japón, los retrató Diego Berruecos antes de que hubiera restricciones de viaje y llamados a mantener una sana distancia, pero resuenan con la belleza melancólica de lo despoblado. El desahogo manso, casero y sin pretensiones de las estancias rurales de la pampa —la dicha cotidiana, como lo relata Guido Piotrkowski— estará entre lo más valioso en estos tiempos. La vuelta al origen y el sentido de responsabilidad radical de las cocinas que visitó Lili López, de norte a sur del continente, serán la marca que distinga a muchos de los restaurantes, hoteles y negocios que logren sobrellevar el temporal.
Desde hace más de mil años, los pastores de la zona de los Alpes y el Mediterráneo conducen sus rebaños para hacer frente a los cambios de estaciones, acompañados por sus familias y sus perros guardianes. Caminan entre valles y montañas, desde que amanece hasta que oscurece. A este desplazamiento se le llama trashumancia; tan cargada de saberes y significados, tan arraigada en la forma de entender el mundo de quienes la practican, que la UNESCO la declaró Patrimonio Inmaterial hacia finales del año pasado. En nuestro reportaje de portada, Debbie Pappyn y David De Vleeschauwer se suman a la procesión en un tramo que cruza Los Abruzos, en el centro-sur de Italia. Uno de los orígenes posibles de la palabra abruzzo sería el latín abruptum, o abrupto, un mote adecuado para esta región escarpada, un terreno lleno de pendientes y variaciones imprevistas. La misma región que el escritor italiano Primo Levi –un sobreviviente de Auschwitz– describió como “fuerte y gentil”. Fuerza y gentileza: justo lo que necesitamos hoy.
Cuidémonos todos y sigamos adelante.
Foto de portada: David de Vleeschauwer
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