La antigua región de Mesoamérica es conocida por ciudades antiguas sorprendentes, de las cuales sólo quedan ruinas. Además de tener una arquitectura única, cada cultura fue dueña de una cosmovisión compleja que se explica a través de artefactos, vestigios y rituales. Quizá el más conocido de todos es el Juego de Pelota.
Más que un simple deporte en el que los participantes usaban las caderas para golpear un balón de caucho, este juego era una ceremonia solemne con tintes políticos, sociales y festivos. Según el Popol Vuh, para los mayas era una competencia entre mortales y dioses. Quizá por eso se calcula que existen en México unas 2,300 canchas que fueron destinadas a esta justa. Sin embargo, aún queda mucho por conocer sobre sus orígenes.
¿Dónde surgió el Juego de Pelota?
Uno de los primeros vestigios de Juego de Pelota se encuentra en Chiapas, en lo que se conoce como tierras bajas del territorio mesoamericano. Para ser más específicos, está en un centro ceremonial llamado Paso de la Amada que data del 1650 a.C. Esta zona se caracteriza por poseer una gran proliferación de caucho, razón por lo que muchos expertos han ubicado el origen de este ritual ahí.
Hasta ahora, no había surgido ningún dato que indicara lo contrario, ya que las canchas que se han encontrado en otras regiones del país son mucho más recientes. De hecho, las que están en Capulac, Concepción y La Laguna fueron construidas mil años después que la que se encuentra en Chiapas.
Un hallazgo que cambia la historia
Recientemente, un estudio publicado por el Departamento de Antropología de la Universidad de Washington dio a conocer el del Juego de Pelota más antiguo de esta rica región de Mesoamérica. Las ruinas fueron encontradas en el sitio arqueológico de Etlatongo, en la región mixteca de Oaxaca.
Lo anterior fue el resultado de un proyecto de excavaciones realizadas entre 2015 y 2017 en el Valle de Nochixtlán de la Mixteca. En esta investigación se hallaron restos arquitectónicos de dos canchas, así como algunas figurillas de cerámica que fueron hechas para representar a los jugadores. Tras varios estudios, se determinó que las ruinas datan de 1374 a.C., dos siglos antes que las que están en el Paso de la Amada.
Este descubrimiento abre nuevas hipótesis acerca del origen del Juego de Pelota. Según los expertos, esto significa que se practicó tanto en las tierras bajas como en las altas. Los indicios que lo comprueben se encuentran, quizá, todavía bajo tierra.
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