CBX: conectando países
El puente Cross Border Xpress tiene más de un año de funcionamiento, te platicamos las ventajas de este proyecto.
POR: Diego Parás
A más de un año de su inauguración, cruzamos —así como 7.4 millones de personas lo hicieron en el 2016— el Cross Border Xpress (CBX), un puente que simplificó el paso de la frontera más transitada del mundo, creando un corredor gastronómico y cultural entre San Diego, Tijuana, el Valle de Guadalupe y Ensenada.
Para utilizar el puente es necesario llegar a la ciudad de Tijuana por vía aérea. Los filtros de seguridad necesarios para abordar un avión simplifican el proceso fronterizo; por lo mismo, es importante señalar que el viajero no puede salir del área de seguridad del aeropuerto en ningún momento. Para hacer el viaje inverso (Estados unidos – México), se debe demostrar que se va a tomar un avión en el aeropuerto internacional de Tijuana (sin importar el destino). Para los que deseen cruzar peatonalmente sin tener un pase de abordar, lo pueden hacer a través del PedWest.
Para pasar hay que comprar un boleto de $16 dólares ($320 pesos aproximadamente), y en caso de querer un viaje redondo son $30 dólares ($600 pesos aproximadamente), mismos que se adquieren en línea o in situ. Es difícil no ver la entrada a la sección de CBX, por lo que el viajero no tiene que preocuparse por perderse. Una vez que uno muestra su boleto, sube unas escaleras para llegar a un pasillo largo y estrecho (el puente) y de un momento a otro pasa del territorio nacional al estadounidense, con la frontera señalada con una placa pegada a la pared. Al bajar por las escaleras —al otro lado del puente— uno llega a la pequeña estación de aduana, en donde (después de unas simples preguntas “¿motivo de su viaje?”, “¿cuánto tiempo va a estar aquí?”, “¿en dónde se va a hospedar?…” y tras mostrar la visa), en apenas 20 minutos, uno sale a San Diego.
Desde su inauguración, el 6 de abril del 2016, más de 8 millones de personas han cruzado por él. Ahora más que nunca, volar a Tijuana se ha vuelto bastante llamativo para los viajeros, no sólo por los atractivos que ofrece en sí la ciudad; sino porque se ha vuelto más sencillo recorrer los viñedos del Valle de Guadalupe, comer tacos de pescado en Ensenada, vivir la cultura en Tijuana y conocer las distintas actividades que ofrece el puerto de San Diego, en un solo viaje.
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