En los últimos años los accidentes causados por el intento de obtener una foto personal han aumentado, y el arte ha sido la más reciente víctima. Dos costosos cuadros fueron dañados durante una exposición en la galería de Ekaterimburgo, Rusia. Unas jóvenes trataban de tomarse una selfie, para lograrlo se recargaron en la pared, algo salió mal y tiraron el panel que sostenía estas obras.
Los cuadros estaban montados en una estructura provisional de madera por lo que no necesito de gran fuerza para caer. Lo que más resultó dañado fue un grabado de Salvador Dalí que es parte de Caprichos de Goya de Dalí; una colección que pertenecía a un dueño privado. La otra obra era una pieza de Goya de la cual sólo el marco y el cristal que la contenían resultaron afectados.
Tras su fallida selfie, las responsables de este accidente salieron corriendo para evitar consecuencias. Ante esto tanto las autoridades como los encargados de la galería dijeron que “se comportaron de manera no muy apropiada” pero no planean demandar pues consideran que se trata de un accidente en el que no hubo mala intención.
El dueño de museo Oleg Gúsev declaró que llevará la pieza afectada a una galería especializada para estimar la gravedad del daño y el costo que tendrá la restauración de esta obra hecha en el siglo XX por uno de los grandes del surrealismo ibérico.
Caprichos de Goya por Dalí
La obra que se averió por este incidente pertenecía a una colección de más de 80 grabados de Dalí en los que el artista hacía un homenaje a Goya a través de una reinterpretación de la serie original de los Caprichos de Goya. En las versiones de Salvador Dalí cada pieza está llena de colores, de figuras estrafalarias, de textos sincréticos y de personajes que encarnan la manera de ver el mundo que tenía Salvador.
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