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Un recorrido virtual (y extraño) por Chernóbil

Las condiciones son portar un traje especial, máscara y no tardarse más de cinco minutos.

POR: Paola Gerez Levy

Hoy más que nunca, y gracias a la miniserie de HBO Chernóbil, este sitio al norte de Ucrania está captando la atención a nivel mundial. Tanto así, que algunas personas están llevando su interés más allá de la pantalla haciendo expediciones a la ciudad abandonada. Para este público hay una buena noticia, y es que ahora ya se puede entrar al cuarto de control desde donde, en 1986, se provocó el peor accidente nuclear en la historia.

En un principio, este territorio de 2,600 km cuadrados se decretó como zona de exclusión, lo que llevó al abandono y deterioro de instalaciones, parques de diversiones, tiendas, coches y todo tipo de edificios. Sin embargo, gran parte de la zona abrió sus puertas al turismo en 2011, pero únicamente por medio de recorridos guiados, pues no se permiten excursiones de manera independiente.

Un recorrido virtual por el sitio de la catástrofe

Por el momento, debido a la contingencia sanitaria por COVID-19, las visitas presenciales están suspendidas. Sin embargo, hay diversas formas de adentrarse en esta sombría atmósfera desde casa. Una opción gratuita se puede ver en este sitio, en donde se presentan 10 panoramas 360, los cuales incluyen juegos mecánicos, edificios, escuelas, estadios y parques abandonados.

Otra alternativa la ofrece Airbnb Animal Experiencies junto con Fondo por un Futuro Limpio (CFF). Esta asociación creó tours por la zona de exclusión guiados por los perros descendientes de los que sobrevivieron el accidente y que fueron abandonados. Esta opción tiene un costo, pues de esa contribución se apoya a que la asociación esterilice y brinde cuidados a dichos canes. En el caso del recorrido virtual con los animales, se puede agendar vía Airbnb Experiences cualquier lunes, miércoles o viernes hasta el 31 de julio de 2020.

Foto: Clean Futures Fund

Visitar las entrañas de los reactores (temporalmente suspendido)

El cuarto de control del reactor número 4 era uno de los sitios restringidos hasta ahora. Y aunque ya se puede visitar, hay que seguir ciertos lineamientos como portar un traje de protección NBQ (nuclear-biológica-química), una máscara de oxígeno y casco. Además, dada la hostilidad del ambiente, las estancias en la cabina no podrán superar los cinco minutos. Al final de la experiencia los visitantes serán sometidos a una serie de pruebas de radiología. No hay de qué preocuparse, pues según expertos, la radiación a la que uno se expone en este lapso es equiparable con la que recibimos dentro de un avión comercial.

Chernóbil, a las afueras de la ciudad de Prypiat, se encuentra a unos 110km al norte de Kiev.

Además de conocer esta habitación llena de controles, botones, pantallas y medidores de todo tipo, también es posible ingresar a la sala de reuniones que se ubica en el sótano. Ahí se puede apreciar el mobiliario original y numerosos aparatos como teléfonos y pesadas computadoras que, hace tres décadas, representaban la más alta tecnología.

Un domo gigante que cubre Chernóbil

A mediados de este año, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky nombró a Chernóbil como una atracción turística oficial. Esta noticia se debe a que, después de nueve años de trabajo, se colocó el Nuevo Sarcófago Seguro (NSC) sobre los restos del reactor #4. Se trata de una construcción de 36 mil toneladas y 108 metros de alto (más alta que la Estatua de la Libertad) en forma de arco, diseñada para contener la radiación que emana del sitio por los siguientes 100 años.

Los científicos han trabajado en este proyecto desde hace 30 años.

Turismo negro, una nueva tendencia

Esta expresión hace referencia a las preferencias de buscar destinos que corresponden a sitios en donde han sucedido catástrofes o donde ha muerto mucha gente (de ahí que también se le conozca como tanatoturismo). Chernóbil es, por supuesto, la estrella; pero otros lugares también figuran en la lista de esta clase de viajeros: el Memorial del 11 de Septiembre en Nueva York, los campos de concentración en Europa y hasta Pompeya.

Chernóbil se encuentra paralizado en el tiempo.

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Foto de portada: Cordon Press.

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