Patrimonios culturales de México: Guanajuato y sus minas
Entre minas y callejones, la ciudad histórica de Guanajuato fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988.
POR: Diego Parás
Guanajuato y sus minas, patrimonio cultural de México.
La Ciudad Histórica de Guanajuato y sus minas adyacentes, en el Bajío mexicano, obtuvieron el registro de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1988. Hoy en día, en las calles de la ciudad se vive un ambiente académico y artístico que se acentúa en el Festival Cervantino, pero la pequeña metrópoli esconde en sus túneles un pasado minero digno de ser explorado.
La Ciudad Histórica de Guanajuato y sus minas adyacentes obtuvieron el registro de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1988.
Guanajuato
Ciudad histórica de Guanajuato y minas adyacentes
Ubicación: Guanajuato
Fecha de inscripción: 1988
Categoría: Bien cultural
Historia
La historia de Guanajuato se remonta a principios del siglo XV, cuando los españoles fundaron esta ciudad debido a los recursos naturales que la rodeaban, que tiempo después la convertirían en el centro de extracción de plata más importante del mundo. Durante la Colonia, la minería en esta región ocupó un lugar imprescindible para todas las actividades comerciales y económicas de la Nueva España. Después de la Independencia, la industria minera sufrió un estancamiento de más de 10 años, hasta que el nuevo gobierno decidió derogar leyes que desalentaron la inversión extranjera y entonces pudieron entrar compañías mineras inglesas a explotar la región.
Un callejón típico de Guanajuato.
El espíritu minero de la ciudad se ha mantenido a través de los siglos por debajo de sus estrechos y coloridos callejones, en las calles subterráneas y en el impresionante pozo minero de la “Boca del infierno”, que tiene una profundidad de 600 metros. En sus primeros años, la ciudad sufría de constantes inundaciones en época de lluvias por el aumento del nivel del agua en el cauce de los ríos Guanajuato y Laja. Para evitarlas surgieron los primeros canales de agua; un conjunto de adecuaciones arquitectónicas que con el paso del tiempo se transformaría en ocho kilómetros de túneles y calles profundas. Cada pasadizo tiene su propia historia e incluso un nombre propio. Entre los más conocidos están los túneles El Pípila, El Minero, La Galereña, así como la calle El Padre Belauzarán. Sin embargo, todo empezó en 1823 con El Cuajín, que fue el primer canal de desagüe de la ciudad, ya que iba de la Hacienda San Agustín (ahora el Mercado Embajadoras) hasta la Presa de los Pozuelos.
Qué ver
Guanajuato es una ciudad llena de actividades clásicas, entre las que vale la pena resaltar:
Caminar por los angostos callejones del Centro hasta dar con el Callejón del Beso. Por ser tan estrecho, dos balcones (cada uno de un edificio independiente) parecen tocarse y dio lugar a una de las leyendas más famosas de la ciudad, similar a la de Romeo y Julieta.
Comer un helado sentado en las escaleras de la Universidad de Guanajuato. Su primera función fue la de atender a los enfermos como hospital en 1732, y no fue sino hasta 1744 que adquirió el rango de colegio y en 1945 el colegio fue elevado al rango de Universidad. La sede actual, para sorpresa de muchos, tiene 65 años de haberse construido y es una imponente construcción neoclásica construida en cantera verde, caracterizada por su larga escalinata, un importante punto de reunión para los locales y uno de los lugares donde se puede vivir el ambiente académico de la ciudad.
Guanajuato es una ciudad llena de actividades para todo tipo de viajeros.
Visitar el Teatro Juárez, que compite con el Macedonio Alcalá de Oaxaca y Bellas Artes de la Ciudad de México para ser considerado el más bello del país. Construido entre 1872 y 1903, fue inaugurado por Porfirio Díaz. Su pórtico es de estilo dórico romano, donde ocho columnas sostienen a otras tantas musas. Es uno de los lugares donde se llevan a cabo más eventos (en su interior y en sus escaleras) durante el Festival Cervantino.
Guanajuato es famosa por su vida de calle.
El monumento al “Pípila” corona la ciudad y se puede ver casi desde cualquier punto. Este se erigió en honor de Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila”, quien se dice prendió fuego a la puerta de la Alhóndiga de Granaditas, con su espalda cubierta con una loza de piedra, durante la lucha por la Independencia. Vale la pena subir al monumento y disfrutar de las vistas de la ciudad.
Cómo llegar
Para llegar a Guanajuato desde la Ciudad de México hay que tomar la carretera México-Querétaro rumbo a León y en Silao tomar la desviación hacia Guanajuato. En total, el recorrido dura alrededor de cinco horas.
Dónde comer
Esta casa —construida en 1876— fue transformada en uno de los hoteles más bonitos del estado. Se encuentra a tan sólo 20 minutos del centro, sobre una encantadora avenida arbolada que conduce a las plazas de Guanajuato. La propiedad tiene dos restaurantes: el primero, Teresita, ocupa el salón del primer piso con un menú es de comida mexicana contemporánea; el segundo, Colombaia —que sólo abre los fines de semana—, es de ambiente más casual, pues su carta incluye pizzas, carne a la parrilla y mariscos.
Entre los callejones históricos de la ciudad se encuentra este pequeño espacio de gastronomía mexicana contemporánea que no sólo contrasta con su entorno, sino que se inspira en él.
Dónde dormir
Originalmente una casa antigua que se remonta a la época del presidente Benito Juárez, este hotel ubicado en el Centro Histórico de Guanajuato, ha sido restaurado con todas las amenidades para cumplir con el gusto de los viajeros contemporáneos. Con tan sólo cuatro habitaciones, es una gran opción para una escapada de la Ciudad de México.
¿Sabías que…?
Si bien es conocida por la minería, el nombre “Guanajuato” deriva del purépecha “Quanaxhuato”, que significa “lugar montuoso de ranas” o “lugar donde habitan las ranas”.
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