Vestigios de un caserío de más de mil 500 años de antigüedad –con una fuerte influencia del estilo clásico teotihuacano– fueron descubiertos en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec por personal del INAH y CONAGUA, que trabajaban en conjunto para introducir sistemas de riego automatizado.

El hallazgo se realizó en junio de 2018; continúan las labores de investigación. Foto: INAH.

El hallazgo se compuso de una serie de viviendas prehispánicas cuya temporalidad corresponde a las fases Tlamimilolpa (225 a 350 d.C.) y Xolalpan (350 a 550 d.C.); ambas del viejo Teotihuacá. Sin embargo, pese a que las unidades están conectadas con muros colindantes, no se detectaron elementos para clasificarlas como parte de un barrio.

También se encontraron diversos ornamentos de cerámica, obsidiana, mica, piedras y figurillas del periodo Preclásico (1500 a.C. a 300 d.C.). Desafortunadamente, esta colección no resultó tan rica como se esperaría dado que –según personal del INAH– los pobladores del Clásico se deshicieron, presuntamente, de todo aquello que les resultaba ajeno a su cultura.

Además de las piezas, se localizaron once entierros humanos (nueve adultos y dos bebés); de hecho algunos de los restos óseos estaban bajo un molcajete.

Una importante ofrenda se localizó en una de las esquinas de las habitaciones. Foto: INAH.

Pese a la antigüedad de los objetos, y que muchos de ellos estaban a 30 centímetros de la superficie, la mayoría preserva un muy buen estado de conservación gracias a que la zona no ha registrado grandes cambios a lo largo del tiempo. En cuanto a los huesos, algunos presentaban daños, dado que los árboles absorbieron los minerales de éstos como nutrientes.

Los restos de un individuo estaban en posición sedente. Foto: INAH.

Qué más hacer en Chapultepec

En el Bosque de Chapultepec sobran las opciones culturales y de esparcimiento. Una de ellas es el Audiorama, donde las personas pueden descansar, tomar una siesta o leer mientras escuchan música clásica, acústica o jazz; sin duda un refugio alejado del bullicio y el caos. Lo mejor es que ahí también hay préstamo de libros con títulos que van desde aventuras de vampiros hasta arqueología e historia.

Cabe resaltar que este espacio alberga la caverna de Cincalco (cueva del lugar del maíz), que según los mexicas conducía hacia el Mictlán: el portal entre el mundo de los vivos y los muertos.