Dime a qué playa vas, y te diré qué reloj necesitas para bucear
Entre toda la oferta, elegimos tres destinos mexicanos y los emparejamos con tres relojes de buceo que, pensamos, son su match ideal. Aquí vamos.
POR: Manuel Martínez Torres
Si algo abunda en México, son paraísos para bucear. Del golfo de California al Arrecife Mesoamericano, pasando por el archipiélago de Revillagigedo, las islas Marietas, el Sistema Arrecifal Veracruzano y los cenotes de Yucatán, el país alberga algunos de los paisajes submarinos más hermosos del mundo. Y si algo abunda también, son los relojes de buceo: piezas que resisten profundidades de 100 metros o más, y con todo lo necesario para ser útiles bajo el agua. Entre toda la oferta, elegimos tres destinos mexicanos y los emparejamos con tres relojes de buceo que, pensamos, son su match ideal. Aquí vamos.
Rolex Submariner y Cabo Pulmo
Junto con el archipiélago de Espíritu Santo, Cabo Pulmo es uno de los mejores lugares para bucear en el mar de Cortés. Designado como parque nacional mexicano y Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, es el arrecife de coral más al norte del continente americano y tiene más de 25,000 años de antigüedad. Sus cañones submarinos y cascadas de arena son un espectáculo reservado para los buzos. Su increíble biodiversidad, con más de 800 especies, incluye varios tipos de corales y esponjas, tortugas marinas, tiburones, delfines, ballenas, rayas, lobos marinos y una infinidad de peces.
Cabo Pulmo fue uno de los primeros hope spots (“lugares de esperanza”) de Mission Blue, uno de los socios de Perpetual Planet, la iniciativa de Rolex que apoya a personas y organizaciones que buscan soluciones a desafíos medioambientales. Por ende, el mejor aliado para un viaje a este destino es el Oyster Perpetual Submariner, que en 1953 se convirtió en el primer reloj de pulso de buceo hermético a 100 metros. Es una leyenda no sólo de Rolex, sino de toda la relojería. En la nueva generación del Submariner, la caja de acero Oystersteel se agrandó hasta 41 milímetros y es hermética a 300 metros. Como siempre, se privilegia la legibilidad con el diseño limpio de la esfera negra y la visualización Chromalight de las manecillas y los índices, con material luminiscente de larga duración para asegurar que los buzos lean la hora fácilmente en la oscuridad.
El bisel giratorio unidireccional tiene un disco Cerachrom graduado de cerámica negra para controlar el tiempo de inmersión. El brazalete Oyster cuenta con el cierre de seguridad desplegable Oysterlock y con el sistema Rolex Glidelock, que permite ajustar su longitud unos 20 milímetros sin herramientas. El Submariner funciona con el mecanismo calibre 3230 de cuerda automática, con 70 horas de reserva de marcha y la certificación de Cronómetro Superlativo Rolex, que garantiza un rendimiento superior en cuanto a precisión, autonomía, resistencia a los golpes y al magnetismo.
Blancpain Fifty Fathoms y arrecife Alacranes
Al Parque Nacional Arrecife Alacranes se llega después de un viaje de varias horas en bote desde Puerto Progreso, pues se encuentra a 130 kilómetros de la costa, y en sus cinco islotes no hay infraestructura turística. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena para los buzos, ya que se trata del único arrecife del estado de Yucatán y de la estructura coralina más grande del sur del golfo de México. Su biodiversidad es vasta, con al menos 136 especies de peces, 34 de corales y 116 de aves, además de tortugas marinas, delfines, rayas y tiburones.
En agosto de 2021, Oceana, la mayor organización internacional dedicada únicamente a la conservación de los océanos, realizó la expedición Proyecto Alacranes, su primera en México. Diez investigadores llevaron a cabo análisis de ADN ambiental, inventarios y censos de especies, y recopilaron datos para crear mapas 3D. Estas investigaciones permitirán identificar especies endémicas y servirán para proponer políticas públicas que ayuden a conservar el arrecife. Proyecto Alacranes contó con el apoyo de Blancpain Ocean Commitment, un ambicioso programa con el que la marca relojera suiza ha contribuido a aumentar considerablemente la superficie de las áreas marinas protegidas en todo el mundo.
Nada mejor que ir a Alacranes con un Fifty Fathoms de Blancpain, considerado el primer reloj de buceo moderno. Lanzado en 1953, se distinguía por sus grandes índices y sus manecillas luminiscentes sobre una esfera negra para garantizar una buena legibilidad en la oscuridad, además de su robustez, hermeticidad y bisel giratorio protegido. Esas cualidades se mantienen hasta hoy y el modelo Fifty Fathoms Automatique es prueba de ello. Cuenta con una caja de 45 milímetros de titanio, un material muy ligero y resistente que es prácticamente inmune a la corrosión. Su brazalete también es de titanio, por lo que resulta muy cómodo al sumergirse. Tiene un bisel giratorio unidireccional con una inserción de zafiro y la escala de inmersión. Está equipado con el mecanismo calibre 1315 automático, con cinco días de reserva de marcha y es hermético a 300 metros.
Jaeger-LeCoultre Polaris y Banco Chinchorro
La Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro se ubica en el mar Caribe, a 30 kilómetros de las costas del poblado de Mahahual, en Quintana Roo. Es la estructura de arrecifes más grande de México; tiene una laguna y tres cayos (Lobos, Centro y Norte), y forma parte del Arrecife Mesoamericano, el segundo más grande del mundo. Por supuesto, es un paraíso para los submarinistas, con muchos sitios de inmersión destacados, como Punta Isabel, Dos Primas, Acuario I y II, Gran Muro y El Solitario. En ellos se puede bucear entre fauna y flora excepcionales, con docenas de especies de corales, peces, esponjas, crustáceos y moluscos, además de tortugas caguama, blanca y carey, delfines, rayas águila, tiburones gato y cocodrilos. Por si fuera poco, hay casi 70 lugares con restos de naufragios que van del siglo XVI al XX.
Entre las características que lo hacen especial, el Polaris Mariner Memovox de Jaeger-LeCoultre tiene una esfera con un intenso color azul que parece inspirada en los míticos tonos del Caribe, ideal para acompañarte a Banco Chinchorro. En 1959, la marca presentó un reloj de buceo Memovox con una alerta auditiva, la cual indicaba cuándo se debía volver a la superficie. En 1968 lanzó el Memovox Polaris, con bisel giratorio interno, alarma y un triple fondo para mejorar la transmisión del sonido.
El nuevo Polaris Mariner Memovox se inspira en ese modelo, pero aprovecha todos los avances de una de las manufacturas más importantes de la industria. Su caja de 42 milímetros y su brazalete están hechos de acero. Es hermético a 300 metros y tiene una nueva banda de seguridad naranja que previene a los buzos en caso de que la corona para ajustar el bisel interno no esté bien atornillada. Las manecillas, los índices y los números presentan material luminiscente con diferentes colores para evitar confusiones. Tiene alarma y está equipado con el mecanismo calibre 956 automático, con 45 horas de reserva de marcha.
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