Tenaza, o cómo el arte se vuelve espacio público
Esta pieza fue el resultado de la invitación que se le hizo a Tezontle para participar en la Bienal de La Habana
POR: Diego Parás
Hacer una escultura —permanente— de seis metros de alto en el malecón de La Habana, una ciudad donde casi nada cambia, es un acto disruptivo. Tenaza, pieza del estudio mexicano Tezontle, es una suerte de activismo político por el simple hecho de estar y de ofrecer una nueva manera de habitar el espacio en un lugar dominado por el statu quo.
Tezontle, fundado por los arquitectos mexicanos Carlos H. Matos y Lucas Cantú, fue elegido por los curadores del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en Cuba, para ser parte de los artistas que participaron en la decimotercera edición de la Bienal de La Habana en 2019. Tenaza fue el resultado de esta invitación.
Para su construcción se necesitaron 40 metros cúbicos de concreto y cuatro meses de trabajo, una tarea difícil si se considera el monopolio del gobierno sobre los materiales de construcción, lo que llevó al estudio a buscar maneras alternativas. En el interior hay aproximadamente 10 metros cúbicos de escombros provenientes de los edificios colapsados de los alrededores de La Habana Vieja, una solución práctica cargada de discursos teóricos. Tezontle también utilizó LC3, un nuevo componente desarrollado por el doctor Fernando Martinera, un científico cubano que ha trabajado en una alternativa ecológica al mortero por más de 20 años.
Tenaza —finalizada el 29 de junio de este año— es la primera estructura de gran tamaño hecha con el cemento que disminuye su huella de carbono en un 40 por ciento.
La escultura, un “elemento de infraestructura olvidado, una pieza histórica en ruinas o un monumento abstracto” (como la describe Tezontle), retoma características formales del eclecticismo y el art déco cubano. A un costado de la escalera, con una tipografía inspirada en las inscripciones que se encuentran afuera del Colegio Nacional de Arquitectos de la capital cubana, hay un grabado que dicta: “Nada cabe más no sobra nada”, una reflexión sobre la realidad (y el futuro) de la isla.
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Foto de portada: cortesía Tezontle.
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