Desde hace más de 20 años, el Dr. Claudio Pla —médico psiquiatra especializado en la ansiedad— ha trabajado de manera específica con el miedo a volar y sus trastornos asociados a través de cursos y talleres en Argentina y España. Aprovechando su visita a México (donde la aerofobia ocupa el quinto puesto dentro de las fobias más comunes), lo entrevistamos para saber cómo perder el miedo a volar.
¿Cuáles son los principales factores que generan el miedo a volar?
El cerebro trabaja este miedo recopilando ciertos recuerdos muy específicos, desde una mala experiencia en algún vuelo hasta haber leído una noticia sobre un accidente aéreo años atrás. También están los factores personales como provenir de una familia muy aprehensiva o tener la necesidad de estar siempre acompañados, ya que justo al estar en un avión, destaca mucho la sensación de soledad.
¿Cómo sabemos que nuestro “nervio” o poco gusto hacia volar es más bien aerofobia? ¿Cuándo se cruza esta línea?
El término fobia llega cuando la persona ya está haciendo una evitación franca hacia la situación, es decir, no vuela bajo ninguna circunstancia. Un nivel antes están los que hacen “evitación sutil” a través de argumentaciones inventadas para postergar un viaje en avión.
¿Qué se debe (y no debe) hacer para tratar la situación?
Nunca hay que combatir el miedo a volar con alcohol, ya que su sedación es inicial pero después produce un aumento de la ansiedad y resulta contraproducente. Tampoco hay que recurrir a la automedicación ni a los inductores del sueño, ya que bajo ciertas condiciones los efectos secundarios pueden ser muy dañinos. Lo mejor siempre es ver de manera directa a un especialista y/o tomar algunos cursos cuidadosamente diseñados como el nuestro.
¿Qué etapa del vuelo es la más asociada con el miedo?
La gente le tiene mucho más miedo al despegue que al aterrizaje, ya que al saber que estás bajando, automáticamente te relajas porque sientes cerca de la tierra. Incluso tengo pacientes que besan la tierra como gesto simbólico. Aún así, la turbulencia es la causa número uno de consulta para pacientes con miedo a volar.
Desde la perspectiva de una acompañante, ¿cómo podemos apoyar a alguien con este miedo?
Los acompañantes son muy importantes porque son en realidad agentes de salud, que pueden ayudar con respiraciones profundas o dándole un giro distinto a la conversación con argumentos ricos más allá del miedo. Por otra parte, hay muchas personas que se conectan mejor con animales que con otro ser humano, es por eso que la alternativa de viajar con tu mascota es cada vez más común y me parece muy buena, ya que es una enorme compañía que ayuda mucho a calmar los sentimientos de soledad y ansiedad en el vuelo.
¿Nos puede compartir algunos consejos para trabajar el miedo antes y durante un vuelo?
Cuando estás estresado no puedes pensar claro, así que para empezar, conviene dejar lista la maleta 24 (o hasta 48) horas antes del viaje para poder llegar sin esa preocupación. También hay que intentar comer más hidratos de carbono (cereales y pastas) porque contribuyen al sueño de manera natural para poder descansar durante el vuelo. Otra alternativa es realizar ejercicios de estiramiento antes y durante el vuelo, que además de relajarte te ayudan a combatir el jet lag.
Para conocer más acerca del trabajo del Dr. Plá y el equipo de Poder Volar, visita podervolar.org
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