Si viajas a menudo, ya sea por placer o por trabajo, seguro alguna vez has sentido una fatiga casi inexplicable, insomnio, o bien, has notado cambios en tu peso. No es tu imaginación. De hecho, diversas organizaciones como International Society of Travel Medicine y Centers for Disease Control and Prevention han encontrado que los viajeros frecuentes presentan una serie de problemas de salud ligados a rutinas poco saludables y, claro, al estrés.
Quiénes más lo padecen son los viajeros de negocios —que actualmente no se restringe sólo a directores de empresas, sino a varios tipos de trabajadores—, pero durante la temporada festiva, nadie está a salvo. Diversas situaciones ponen a los viajeros al límite. Para disminuir el riesgo de estrés, armamos esta lista de consejos.
Planifica tu llegada al aeropuerto. Sin importar en dónde te encuentres, lo más probable es que el aeropuerto esté alejado de la zona urbana, y eso implica un par de horas de traslado. Por ello, utiliza los navegadores que estiman el tránsito y toma ventaja saliendo unos minutos antes de la hora recomendada.
Haz un reconocimiento de los lugares a los que llegas. Desde el aeropuerto al que llegas y del que partes, hasta la ubicación del hotel y los lugares que deseas visitar. Haz una estimación de las distancias y los tiempos que hay entre unos y otros. Asimismo, revisa los mapas disponibles del aeropuerto, puede ser muy fácil perderse y tener que correr de un lado a otro para abordar y, ¿quién necesita esa agitación?
Conoce los lineamientos de seguridad. Una de las partes más estresantes al viajar son los filtros de seguridad. Antes de empacar, conoce los reglamentos, los artículos permitidos y las restricciones, así no tendrás que pasar por revisiones especiales y de hacerlo, no hay nada de qué preocuparse.
Revisa opciones para comer y ejercitarte. Cuando viajas, te adaptas a los alimentos locales y a una rutina diferente. Sin embargo, si lo haces de manera frecuente, podrías dañar tu salud. Lo mejor es encontrar un equilibrio, es decir, incluir alimentos saludables en tu dieta diaria y disfrutar de la cocina local. Encuentra un espacio para caminar o correr por 30 minutos; con ello te distraerás y te llenarás de energía.
Asegúrate de no dejar cosas pendientes. Si viajas por negocios o trabajo, este paso es vital. Antes de abordar, revisa que todos los pendientes estén hechos, aunque prepárate para los imprevistos. Si viajas por placer, tienes diversas opciones para desconectarte: activa las respuestas automáticas en tu correo, de ser posible, silencia las notificaciones que no deseas ver y claro, antes de emprender el viaje, deja todo listo para evitar llamadas sorpresivas.
Tarjetas de crédito, documentos y efectivo. Revisa la vigencia de tus tarjetas con al menos dos semanas de anticipación. De este modo podrás pedir un nuevo plástico sin contratiempos. Por su parte, asegúrate de llevar efectivo para evitar cualquier contratiempo.
Considera retrasos de vuelos y opciones alternativas. “Vuelo retrasado”, dos palabras que pueden arruinar tu viaje en cuestión de segundos. No obstante, es algo que no depende de ti y que deberás sobrellevar. En viajes de trabajo es recomendable no hacer citas en horarios cercanos a tu hora de llegada, y en viajes de placer sólo te resta esperar. En cualquier caso, conoce tus derechos en caso de retraso o cancelación.