A pesar de su reducido tamaño (es apenas más grande que Madrid), Singapur cuenta con numerosos monumentos y áreas verdes que han llamado la atención de numerosos viajeros. Basta ver los jardines de Marina Bay y sus árboles futuristas o tal vez pararse frente a un edificio icónico del centro como el hotel Raffles Singapore, un ejemplo de la historia colonial en la Ciudad del León que, tras una remodelación, reabrió sus puertas.
El hotel se inauguró en 1887 en una época en la que la isla estaba ocupada por los ingleses. Quizá por eso el inmueble es una fusión arquitectónica en la que se combinan una fachada clásica con un interior repleto de columnas de mármol blanco, terrazas de madera de teca y exuberantes jardines tropicales que se pueden admirar hasta hoy en día.
Esta construcción está tan mezclada con el pasado de la ciudad, que recientemente cerró para que un grupo de expertos le regresara el brillo de los primeros años. El Raffles reabrió el pasado 1 de agosto y, más que transformarse se resaltaron aquellos elementos históricos que lo hacen único.
La renovación tuvo el objetivo de entrelazar en un mismo lugar el lujo, la historia y el diseño colonial. Los cambios estuvieron a cargo de la interiorista Alexandra Champalimaud y del despacho de arquitectos Aedas. Gracias a ellos, ahora el hotel cuenta con 115 suites de nueve diferentes categorías y tamaños. Cada una conserva techos de cuatro metros de alto, está equipada con un baño victoriano, tejas de Peranakan y vistas a alguna de las extensas áreas verdes (que ocupan el 50% de la superficie de la propiedad).
Entre 10 restaurantes y bares, las opciones para comer son vastas. El sitio obligado es La Dame de Pic, una cocina contemporánea dirigida por Anne-Sophie Pic –reconocida con tres estrellas Michelin–. Por otro lado, y con el fin de disfrutar de los sabores de Asia, se puede visitar Yì, del chef Jereme Leung. Finalmente, está la parrilla mediterránea de Alain Ducasse, BBR by alain ducasse. (Estos dos últimos establecimientos abrirán en septiembre de este año).
Aquí les dejamos una lista con algunas recomendaciones de los que más saben: los que trabajan en el hotel.
Una habitación
La Palm Court Suite es una de las más demandadas. Acondicionada al estilo de un clásico hogar inglés, este cuarto tiene vista al edificio principal y al jardín de palmeras, por lo que es una buena opción para quienes busquen tranquilidad en su estancia.
Personaje clave
Leslie Danker es la historiadora residente del Raffles. Los huéspedes pueden acudir a ella para conocer más a fondo la historia –y alguna que otra leyenda– detrás de cada área del hotel.
Espacio público
El Grand Lobby, ubicado en el edificio principal, es el corazón del hotel. En él se encuentra la recepción, el Writer’s Bar y el restaurante La Dame de Pic. Sin embargo, si uno pasa por ahí en la tarde, podrá disfrutar de una agradable hora del té.
Algo imprescindible
A solo 10 minutos en auto se pueden visitar los jardines botánicos de Singapur, los cuales son reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Sobre esta ruta queda de paso Orchard Road, una avenida llena de tiendas y boutiques.
Bar: una recomendación del hotel
El trago insignia del Long Bar es el Singapore Sling, creado en 1915. Esta bebida se prepara a base de gin con jugo de piña y de limón, curazao, Bénédictine, licor de granadina y cereza para darle ese tono tan característico.
Un detalle
Desde su apertura, el Raffles ha sido un punto de interés para figuras públicas. Entre sus huéspedes más destacados están los escritores ingleses Somerset Maugham o Rudyard Kipling, así como las actrices Ava Gardner y Elizabeth Taylor.
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Foto de portada: cortesía Raffles.
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