Osos polares desorientados y agotados que deambulan con las patas y las pezuñas llenas de lodo en busca de comida. Orcas hambrientas que se acercan al paso peatonal en Vancouver con el ánimo de encontrar focas. Luciérnagas que mueren en su hábitat natural (son endémicas y no pueden migrar pese al peligro). Perros que tiran de un trineo –o eso intentan– sobre hielo derretido… sobre agua, mucha agua. Estas escenas son tan solo el reflejo de la crisis climática que padecen los ecosistemas y los animales del mundo.
Una muestra de ello fue el alarmante deshielo que ocurrió en Groenlandia a mediados de junio. Según el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty, en un periodo muy corto de tiempo se derritieron 712 mil kilómetros cuadrados, alrededor del 45% de la superficie terrestre. Esto se traduce en la pérdida de casi 2 mil millones de toneladas de hielo únicamente en un día.
Esto sucedió porque el 13 de junio se registró una temperatura de más de 17ºC, en lugar de los 3.2 grados que normalmente hay en estas épocas. Ese clima, así como el de mayo, fue resultado de el aire que llega desde el sur; una prueba clara de que de entre más caliente esté el planeta, más cálidas serán dichas ráfagas que lleguen a los polos del mundo.
Y aunque el deshielo no contribuye al aumento del nivel del mar de manera inmediata, si lo hará a largo plazo. De hecho, podría elevarse hasta seis metros.
El Ártico (y el mundo) está en problemas
Pese a que en 2012 se registró una pérdida neta de hielo de aproximadamente 200 millones de toneladas, el fenómeno comenzó después del verano y no mucho antes, como este año, que se suscitó desde mayo. Esto fomenta las predicciones de que, para mediados de siglo, ya no habrá hielo en el Ártico.
Un peligro más: el plástico
Según un estudio publicado por Science Advances, a causa de una intensa corriente marítima proveniente del norte, decenas de restos de plástico prevalecen en los mares de Groenlandia y Barents. Además, como la crisis climática ya provocó un deshielo de la capa del Ártico, la navegación y la actividad humana en esta parte del mundo no es tan aislada como antes. Esto se traduce en basura y contaminación.
Tal vez sea momento de recordar, aunque suene obvio, que no existe otro ecosistema como este (el de nuestros océanos).
Sigue a Karen en Twitter.
***
También te recomendamos
Everest: ¿qué está pasando en la montaña más alta del mundo?
Un corredor de 11 kilómetros para que salvemos a las abejas
Día Mundial de la Vida Silvestre 2019 (es hora de cuidar nuestros océanos)