Hace más de cuatro décadas Leopoldo Flores le dio un segundo aire a un antiguo y deteriorado mercado de Toluca que había sido construido en 1909. El artista convirtió este espacio en un asombroso Cosmovitral Jardín Botánico de plantas y flores (algunas endémicas) que aunque son dignas de visitarse, son opacadas por un conjunto de vitrales que adornan los muros y el techo; hablamos de una colorida colección de trozos de cristal que son una verdadera obra de arte.
Un caleidoscopio de 3 mil metros cuadrados
Cuando el edificio estaba a punto de sucumbir al paso del tiempo por la gran cantidad de gente que lo visitaba y por las huellas de los puestos que estaban en el mercado, al fin en 1975 comenzó su transformación. Tras dos años de arduo trabajo y la participación de más de 60 artesanos se construyó ahí el vitral más grande del mundo (más 3 mil metros cuadrados). El resultado fue una imponente estructura de 45 toneladas de vidrio soplado que se encuentra en el corazón de Toluca, capital del Estado de México. Una obra que además está dentro de una estructura estilo art nouveau que fue hecha con hierro forjado a principios del siglo XX.
Cosmovisión
500 cristales de 28 colores diferentes fueron requeridos para hacer realidad las fantasías de Leopoldo Flores. En esta cosmovisión, el pintor decidió contraponer el bien contra el mal, la oscuridad y la luz, el día y la noche. Asimismo, puso como personaje central al hombre: su renuncia a la ignorancia y su camino para encontrar la sabiduría y la benevolencia.
El hombre sol; un vitral ubicado en el occidente del edificio que está orientado en un eje poniente-oriente. Esta pieza es clave porque cuando el Sol ilumina sus cristales rojos y amarillos y de pronto el recinto se baña con una luz única.
Jardín botánico
Para que la visita a este majestuoso vitral sea apreciada en su totalidad, hay que realizar un recorrido por el Jardín Botánico; un espacio que alberga más de 400 especies provenientes de todas partes de México y el mundo.
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