Lo más impresionante de muchos de los sitios arqueológicos de México es admirar las pirámides desde abajo hacia arriba. Contemplar sus dimensiones puede hacernos sentir pequeños y jóvenes, pero no toda visita a un sitio arqueológico tiene ese efecto en nosotros. Existen una serie de vestigios mexicas en donde sucede todo lo contrario: se tiene que ver de arriba abajo. Un ejemplo de esta rareza se ubica en Tlatelolco.
Una ventana al pasado
Ehécatl se traduce en lengua nahua como dios del viento. Esta deidad fue muy importante en la cosmogonía de nuestros pueblos originarios, tanto así que tenía su propio templo. Una misteriosa construcción que en 2014 apareció debajo de la Ciudad de México, para ser más precisos abajo de un centro comercial. El oratorio formó parte del recinto ceremonial México-Tlatelolco y en la actualidad lo puede visitar cualquier persona que pase por ahí.
Estar en el subsuelo urbano no representó gran problema para el INAH. El descubrimiento formó parte del Proyecto Tlatelolco, el cual comenzó a explorar la zona hace más de 20 años. Para poder exhibir el templo a turistas y locales, más de 30 arqueólogos limpiaron un área de difícil acceso, luego se instaló una Ventana Arqueológica; un vidrio de 361 m2 que protege esta importante pieza arquitectónica.
Hay que destacar que esta no es la primera vez que se utiliza una ventana para observar vestigios prehispánicos. Existe otra debajo del Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco, la cual tiene vista a la Caja de Agua. Además de estas hay más de 35 edificaciones, registradas oficialmente, que yacen debajo del suelo de la Ciudad de México. Al respecto, Pedro Francisco Sánchez Nava –coordinador nacional de arqueología– expresó que las ventanas arqueológicas permiten “convivir a la modernidad con ese pasado revelado que nos pertenece a todos”.
El templo de Ehécatl
Este adoratorio prehispánico lo construyeron los mexicas entre los años 1376 y 1417. Se trata de una construcción redonda de 12 metros de diámetro que cuenta con una plataforma de cuatro metros de largo. Debajo de este círculo de piedra hay una base bicónica (en forma de reloj de arena), la cual se cree que fue el templo principal.
Hay que destacar que una base con estas características es poco común en la arquitectura azteca. De hecho sólo se tiene conocimiento de dos construcciones de este tip en México; ambas alejadas del dominio mexica. Una en Tamuin, en la Huasteca Potosina, y otra en El Tajín, Veracruz.
Visitar la ventana arqueológica
La entrada al Templo de Ehécatl es por el centro comercial Plaza Tlatelolco. Y aunque está abierto a todo el público, es necesario hacer una cita previa al correo za.tlatelolco@inah.gob.mx o llamando al 5583 6295, 5782 2240 y 7290.
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