El pulmón del mundo es una selva inmensa de siete millones de km cuadrados –dos veces la India– que abarca nueve países sudamericanos. Sin embargo, aunque esta inmensa jungla abarca Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana y Surinam, el 60% se encuentra en Brasil. La importancia de este inmenso ecosistema es innegable y su existencia es vital para la propia existencia de la humanidad.
La Amazonía es fuente del 20% del oxígeno que respiramos y absorbe toneladas del excesivo dióxido de carbono que flota en la atmósfera. Asimismo, al evaporar toneladas de agua, esta área es responsable de la humedad que circula en las nubes alrededor del globo. Es decir que, sin esta selva, el planeta entraría en un vórtice de inestabilidad climática y de sequías que llevaría al caos.
A pesar de esto, en los últimos días este espacio verde ha ocupado las cabeceras de los medios internacionales debido a incendios descontrolados que están acabando con su superficie.
El –aún desconocido– origen del fuego
Si algo ha habido en los últimos días es controversia sobre cómo empezaron estos incendios masivos. Si bien es normal que en esta época seca aumente el número de siniestros, el fuego que ha irrumpido en Sudamérica rebasa las estadísticas por mucho. Según cálculos del Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil, la cantidad de incendios entre enero y agosto aumentó en un 83% en comparación del mismo periodo en 2018.
En un inicio el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro aseguró que esta tragedia se debía a la temporada de sequía y de quema controlada por parte de los campesinos. Más tarde, tras las fuertes críticas hacia su postura pasiva, su acusación viró a las ONG que según él pretendían desprestigiar a su gobierno.
Sin embargo, las organizaciones y expertos en sustentabilidad y ecología contraargumentaron al mandatario y aseguraron que la catástrofe era en realidad consecuencia del acelerado ritmo de deforestación de la Amazonía. Una investigación de la Universidad Federal de Acre concluyó que el 43% de la zona deforestada, así como el 37% de los incendios reportados, se ubicaba tan solo en 10 municipios.
Ahora, el gobierno de Brasil ya tomó acción. Tras enviar miles de tropas para que extinguieran los incendios –a través de escuadrones de bomberos y aviones cisterna–, el presidente decretó que en los próximos 60 días estará prohibido provocar quemas de terreno agrícola para reducir el riesgo de nuevos brotes de fuego.
¿Cómo ayudar a la Amazonía?
Si bien un viaje parece imposible en esta temporada, existen muchas decisiones que podemos tomar para apoyar la extinción de los incendios. Los expertos en conservación (de distintas partes del mundo) coinciden que la acción más significativa por el momento es donar a diversas organizaciones que protegen este sitio. Estos organismos, no gubernamentales, se encargarán de canalizar dichos fondos a acciones que se necesiten en cada lugar y velarán porque los recursos lleguen a buenas manos.
Estas son algunas de las asociaciones cuyo papel se ha vuelto fundamental en esta tarea:
Amazon Watch
World Land Trust
Rainforest Alliance
Rainforest Action Network
Amazon Conservation Team
Amazon Conservation Association
Rainforest Trust
Rainforest Foundation
Por otro lado, es un hecho que Brasil es el primer exportador de carne y el segundo mayor exportador de soya a nivel mundial. Para presionar a que las autoridades actúen se está llevando a cabo internacionalmente una especie de boicot contra el consumo de carne del país sudamericano, sobre todo en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.
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Foto de portada: NASA Earth
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