Desde antes de que el primer humano se transformara, hace 200.000 años, a lo que somos, la naturaleza había pertenecido siempre a los animales. Pero algo en la cadena evolutiva cambió de rumbo e hizo a las personas capaces de construir pueblos, luego ciudades y eventualmente carreteras y vías de ferrocarril que las interconectaran.
Pero con autopistas y vías férreas atravesando bosques, los animales que viven ahí se enfrentan a una situación difícil, pues tienen que arriesgarse a ser heridos al cruzar el asfalto. Para esto se han desarrollado los pasos de fauna o ecoductos, unas estructuras anchas y cubiertas de vegetación que sirven como puente para los habitantes del bosque.
El país más verde
Un país que se ha tomado esta iniciativa muy en serio es Holanda, en donde –a pesar de su tamaño– existen más de 6oo pasos de fauna sobre los caminos. Estos deben ser diseñados por un equipo de ecologistas, arquitectos paisajistas e ingenieros, pues no se trata de un puente convencional sino que se imaginan como una extensión de la naturaleza. Para que los animales se acostumbren a cruzar por estos ecoductos, se colocan extensiones de reja o lona a lo largo de los caminos a modo de embudo que termina en el paso.
Uno de los pasos de fauna más impresionantes no solo del país neerlandés sino del mundo es el Natuurbrug Zanderij Crailoo, en cual mide 50 metros de ando y 800 de largo. Ubicado dentro de la reserva natural de Goois Natuurreservaat Zanderij (a 25 km al sureste de Ámsterdam), este pasadizo elevado atraviesa una autopista, unas vías de tren, un estacionamiento y parte de un complejo deportivo. Las especies que hacen más uso de él son jabalís, venados y el tejón europeo (una especie amenazada).
Otro sitio que destaca por contar con pasos de fauna es el parque nacional de Banff, en Canadá. En esta reserva natural uno puede manejar debajo de 38 puentes y sobre 6 pasajes subterráneos (diseñados para especies pequeñas como zorros o roedores). Este tipo de estructuras están cobrando popularidad en áreas forestales en Estados Unidos. En cuanto al resto del mundo, algunos países que promueven estos cruces son Francia, Alemania, Suiza, Australia y Singapur.
Todos ganan con los ecoductos
El primer indicio de un paso de fauna se registró en Francia en los años cincuenta, pero no con la intención de conservar a las especies, sino para ayudar a los cazadores a concentrar a los grupos de venados. Sin embargo, esta idea fue la base para que, en la década de los ochenta, se comenzaran a desarrollar como los conocemos hoy en día.
Estas estructuras traen beneficios tanto para usuarios como para animales. Por un lado, el número de accidentes entre vehículos y fauna disminuye a menos de la mitad, ahorrando así grandes cantidades de dinero para reparación de bienes. Por otro lado, las criaturas pueden moverse con libertad por su hábitat sin riesgo de lesiones o muerte. Al tener acceso a más territorio, también consiguen más posibilidades de alimentarse y de encontrar una pareja en época de reproducción.