Una de los tesoros de México son sus pirámides y construcciones prehispánicas, edificios barrocos y coloniales, así como casonas porfirianas. Pero el país también llamó la atención de arquitectos extranjeros, quienes han dejado un legado al estilo del Viejo Continente a lo largo y ancho de la República. Uno de ellos es el Castillo Gillow, una edificación inglesa ubicada dentro de la Ex-Hacienda de Chautla.
Este enorme predio se encuentra en el estado de Puebla, casi al límite con Tlaxcala. En un principio no era una hacienda sino un marquesado. Se fundó bajo el nombre Selva Negra en 1777, cuando el rey Carlos III otorgó seis mil hectáreas de bosque, campo, ríos y manantiales a Manuel Rodríguez de Pinillos.
Dentro de esta área, el marqués construyó la Hacienda de San Antonio Chautla, una serie de habitaciones, patios y jardines de arquitectura tradicional bordeada por paredes blancas y una cocina recubierta por mosaicos de talavera. En el área abierta del sitio se cultivaba frijol, trigo y tejocote. Para 1903, San Antonio Chautla se posicionaba como una importante finca pulquera de la región; incluso fue de las primeras en México en contar con una planta de energía hidroeléctrica.
En 1914, en medio de un país en plena Revolución, fue expropiada y devuelta ocho años más tarde. Por desgracia, desde aquella transacción y las numerosas negociaciones posteriores, hoy solo quedan 60 hectáreas de hacienda, es decir, el 1% de lo que era en tiempos del marqués Rodríguez.
El Castillo Gillow, una innovación arquitectónica
Soledad, hija del marqués y heredera de la totalidad de la hacienda, se casó con el inglés Thomas Gillow; un hombre originario de Liverpool que tocó suelo mexicano en 1819. Eulalio Gillow, hijo de dicha pareja –y quien más tarde se convirtió en arzobispo de Oaxaca– fue quien mandó construir el castillo que hoy en día lleva su nombre en 1898.
Esta edificación de tres pisos está en medio de un lago artificial y frondosos bosques. Para alcanzar la pequeña isla es necesario caminar por una tira recta de tierra que divide en dos al cuerpo de agua. Su apariencia exterior está protagonizada por ladrillos rojos con uniones y detalles en blanco, así como por cuatro torres en cada una de sus esquinas.
Antiguamente, la planta baja fungía como la biblioteca y, se cree, el arsenal se resguardaba en el tercer nivel. Actualmente se puede conocer el interior del Castillo Gillow únicamente en la planta baja, en donde los visitantes encontrarán una serie de fotos objetos históricos que pertenecieron al inmueble.
Visitar la Ex-Hacienda de Chautla
El sitio se encuentra a las afueras del pueblo de San Lucas el Grande. Llegar ahí toma 50 minutos en coche desde la capital poblana y aproximadamente 1:30 horas desde la Ciudad de México.
La entrada al parque tiene un costo de $40 pesos. Los huéspedes del hotel Misión –ubicado dentro de la hacienda– únicamente pagan $20. Chautla está abierta al público de lunes a viernes de 8 a 17 horas, y los fines de semana de 8:30 a 17:30 horas, y algunas de las actividades que se pueden hacer son pasear en lancha, pescar, hacer senderismo, tirolesa, bici de montaña e incluso escalar.
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