Es innegable que el ritmo de vida y de consumo que llevamos hoy en día está protagonizado por el exceso de envases, envolturas y objetos que realmente no son necesarios para sobrevivir. El problema empeora a la hora de desecharlos, ya que el 70% de los residuos no se manejan de la forma adecuada y terminan en el lecho marino, contaminando el agua y dañando a las especies animales y vegetales.
Ante este panorama, las comunidades de buzos, así como organizaciones internacionales como PADI llevan a cabo campañas de limpieza de los mares. Estas suceden frecuentemente en diferentes países, pero una que atrajo las miradas de todo el mundo fue la que se realizó en Florida, ya que superó en número a los 614 participantes del último récord de limpieza marina registrado en Egipto (2015).
Un mar libre de contaminantes
El pasado 15 de junio, 633 buzos provenientes de Estados Unidos, Europa y Sudamérica se sumergieron en las profundidades del agua que rodea el Muelle de Pesca Internacional de Deerfield Beach. Este sitio, localizado a unos 70 km al norte de Miami, es frecuentado por personas a las que les gusta pescar, por lo que también es un área gravemente contaminada con desechos y materiales resultantes de esta práctica.
En un lapso de dos horas, el ejército de buzos extrajo 664 kilos de basura marina y logró escombrar el área. De los residuos había 73 kg de líneas de pesca (que equivalen a 350 km si se desenredan y se miden en línea recta), 47 kg de trozos de metal (letreros, por ejemplo), 23 kg de madera y 475 kg de sinkers, pequeñas anclas de plomo utilizadas para bajar la carnada a aguas más profundas.
Todos están invitados a limpiar el agua
Los residuos no solo se quedan al fondo del océano, se introducen a las corrientes y afectan la fauna marina. Según la ONG Project AWARE, tanto las siete especies de tortugas existentes, la mitad de los mamíferos marinos y el 66% de las aves han sido afectadas por el plástico de alguna forma: al ingerirlo o enredarse en él, mueren.
Con el fin de contrarrestar esta situación, dicha organización en pro de los mares limpios lanzó Dive Against Debris, un programa dirigido a los buzos en todo el planeta para que contribuyan voluntariamente y recojan al menos un objeto contaminante del lecho marino durante sus sesiones de buceo.
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