Así suena Chichén Itzá (y nadie logra explicar este asombroso fenómeno)

Al aplaudir frente a la pirámide de Kukulkán se puede escuchar el canto del Quetzal.

05 Oct 2020
lado musical de Chichén Itzá

Al caminar por la zona arqueológica de Chichén Itzá nos encontramos sorprendentes edificaciones que han logrado ganarle la batalla al tiempo. Y puede que entre los vestigios arqueológicos lo último que nos pase por la cabeza sean los misterios musicales que esconde.

Los efectos acústicos de Chichén Itzá

Las maravillas arquitectónicas y astronómicas no son lo único interesante de esta zona arqueológica. Los mayas desarrollaron hasta 600 rangos sonoros que, al igual que sus edificios, estaban vinculados a diversos rituales dedicados a sus deidades. Es este conocimiento en acústica lo que hace que todo el lugar esté lleno de fascinantes curiosidades vibrantes que los arqueólogos aún no han podido explicar del todo.

Los mayas desarrollaron hasta 600 rangos sonoros

El interior de la plaza del juego de pelota, por ejemplo, cuenta con una audición impresionante en donde el eco se repite exactamente siete veces y los sonidos son escuchados a la perfección, lo que hace posible oír susurros al otro lado de la explanada. Un dato curioso al respecto es que en 1931 Leopold Stokowski, de la Orquesta Sinfónica de Filadelfia, trató de descubrir las razones del fenómeno acústico para poder aplicarlo en la construcción de un teatro al aire libre, pero nunca descubrió los secretos de esta cultura prehispánica.

La cola de Quetzal y la gota de agua

Quizás las manifestaciones auditivas más extrañas e impresionantes las tiene el Templo de Kukulkán. El más famoso es el de la Cola de Quetzal, que consiste en aplaudir frente a las escaleras de la pirámide para escuchar un especie de chirrido. Este efecto fue descubierto por David Lubina, quien aseguró que el sonido se asemejaba al canto de un quetzal (animal que los mayas creían un mensajero de los dioses).

Otro resultado igual de excepcional, pero menos conocido, es el de la gota de agua. Este es percibido cuando muchas personas suben las escalinatas del templo; entonces, quienes se encuentran en la base de la pirámide escuchan un sonido similar al de la llovizna. Se cree que esto se hizo, en aquellos tiempos, en honor a los dioses y para atraer la lluvia de forma colectiva.

Una de las razones por la que los especialistas no han podido estudiar a fondo dichos fenómenos acústicos es por la falta de pruebas escritas, lo que hace más difícil determinar si los sonidos son una mera coincidencia o si tenían algún sentido en específico.

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