El Mediterráneo es probablemente uno de mares más famosos del mundo. Asimismo, sus aguas han visto pasar algunas de las rutas comerciales más importantes de la historia, y quizá por eso las ciudades europeas que rodean a este océano ( Barcelona, Mónaco o Nápoles) se han convertido, a lo largo de la historia, en puertos esenciales para el comercio entre diferentes países y continentes.
Sin embargo, a veces se olvida que además de Europa, este mar también conecta las costas de África y Asia menor. Si bien el Medio Oriente ha sido una zona conflictiva en las últimas décadas, antes era una de las más ricas del mundo. En otra época, Damasco, Baghdad y Trípoli hacían soñar a los comerciantes europeos con sus mercados de sedas, especias y platillos exquisitos. Entre estos destinos icónicos hay uno que incluso llegó a ser conocido como el París del Medio Oriente: Beirut.
La ciudad más cosmopolita del mundo árabe
Beirut es una de las ciudades más antiguas del planeta. Fue fundada hace 5 mil años por los fenicios. De hecho, la primera vez que la capital de Líbano fue mencionada en la historia fue en el siglo XV a.C. Esto se debe, entre otras cosas, a su posición geográfica en el extremo este del Mediterráneo; una ubicación privilegiada que ha sido relevante dentro de las rutas comerciales que conectan Europa con el Medio Oriente.
El territorio del Líbano ha estado bajo dominio romano, árabe, cruzado y turco. Sus ciudades, primero fenicias y luego musulmanas, han sido grandes puertos a lo largo de la historia. En el siglo XIX, Beirut se convirtió en la urbe más importante del territorio y una de las más cosmopolitas de todo el mundo árabe. La ciudad tenía rutas marítimas directas con los Estados Unidos y las principales capitales de Europa.
Levantarse tras la guerra
Tras la caída del Imperio Otomano, Líbano pasó a manos francesas hasta su independencia en 1943. No obstante, en la segunda mitad del siglo XX el país se enfrentó a una terrible guerra civil que duró 15 años. El conflicto terminó en 1990 y desde entonces Beirut se ha convertido en una ciudad vanguardista. En la actualidad lo que los visitantes pueden ver es una multitud de torres de cristal que conviven con edificios de otros siglos que han sobrevivido a las batallas del tiempo.
Esta ciudad se ha levantado de las cenizas y tiene una gran oferta para sus visitantes. Hay desde museos de arte y centros comerciales, hasta lujosos rascacielos de apartamentos que muestran un nuevo paisaje en un sitio que hasta hace poco se asociaba con bombas y explosiones. Quizá por esto, algunas de las firmas de arquitectura más famosas del mundo han levantado proyectos en la capital libanesa, o se encuentran en proceso de hacerlo.
El español Rafael Moneo diseñó, por ejemplo, un nuevo distrito comercial inspirado en los antiguos socos árabes. En tanto, Steven Holl construyó un club de yates y Herzog&DeMeuron y Norman Foster levantaron nuevas torres de apartamentos que sirven como símbolos de una nueva era para la ciudad.
Pequeño tamaño y gran historia
Beirut es una de las ciudades más pobladas del mundo, una de las más pequeñas y una de las que tiene más historia. Estas características propician que la capital de Líbano tenga una combinación arquitectónica muy vasta. En sus arterias conviven construcciones de muchas eras y estilos. Baños romanos debajo de mezquitas otomanas y casonas coloniales que mezclan los detalles franceses con islámicos.
Tras el final de la Guerra Civil del Líbano, inició una gran campaña para reconstruir la ciudad y revitalizar su centro histórico. Gracias a esto, Beirut parece tener un futuro híper-comercial, y por eso muchas organizaciones internacionales han instalado sus oficinas regionales para el Medio Oriente en la ciudad. Hablamos de rascacielos modernos que se han erigido frente a las costas que una vez vieron llegar navíos romanos.
Lamentablemente, muchas de las construcciones históricas de la ciudad se encuentran amenazadas debido a la presión inmobiliaria. Varios edificios notables han sido demolidos para hacer espacio a nuevos desarrollos. Sin embargo, la increíble y hermosa combinación de estilos de la París del Medio Oriente aún permanece.
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