Tiendas vintage de diseño en Nueva York, la guía imperdible
El alma de coleccionista que llevas dentro amará estas thrift shops de ropa de diseñador.
POR: Sofia Felix Smith
Comprar prendas vintage es una tendencia en crecimiento, fomentada por la economía circular, la importancia de la sosteniblidad, el discernimiento sobre la relación precio-valor de los bienes materiales y la búsqueda de un estilo único.
El alma de coleccionista que casi todos llevamos dentro conoce pocos placeres como el de un gran hallazgo. A veces sabemos bien qué cazamos de manera furtiva o abiertamente descarada, pero, otras tantas, la sorpresa y la serendipia nos están esperando en algún sitio insospechado. A veces, estos tesoros pueden estar en el armario de una abuela o una tía excéntrica, sin embargo, con más y más frecuencia, estas prendas y accesorios singulares nos esperan colgados de un gancho en tiendas dedicadas a darles una segunda (o cuarta o séptima) vida.
Comprar cosas que han sido usadas y amadas por alguien más no es para todos, pero, en definitiva, es un rubro de la moda y el comercio que ha ido tomando un ímpetu muy notorio en los últimos años. El comercio de segunda mano o re-commerce, como se le llama últimamente, está creciendo 11 veces más rápido que el retail tradicional y se estima que valga 84,000 millones de dólares para 2030: el doble que la gigantesca fast fashion. El fomento de la economía circular, la importancia de la sosteniblidad, el discernimiento sobre la relación precio-valor de los bienes materiales, la búsqueda de un estilo único y propio, y el nuevo interés por el lujo que muestra el consumidor joven son sólo algunas de las razones para adquirir moda de esta forma, que es más popular que nunca.
En sentido estricto, las tiendas de ropa vintage (moda con más de 20 años de vida), a consignación y de reventa de lujo, y las thrift shops (artículos de precios muy bajos, típicamente de mercadillos, tiendas de beneficencia o pacas de ropa) son rubros distintos, pero hoy día se concentran con una misma finalidad y, con frecuencia, bajo un mismo techo. Nueva York, al ser el epicentro de la moda, la cultura, el comercio y la abundancia, es un enjambre de boutiques ya sea establecidas o emergentes, que garantizan una expedición tanto entretenida como gratificante.
Upper East Side: la meca del lujo
El viejo consejo de “ir directo a la fuente” toma un nuevo significado cuando hablamos de las tiendas de reventa en el Upper East Side de Nueva York. Durante décadas han sido los repositorios donde la población hegemónicamente adinerada de la ciudad deja su ropa y accesorios cuando ya no tienen espacio para ellos o tan sólo los dejan de usar. No siempre a la vista, y no siempre con el display más atractivo, las tiendas que venden lujo a consignación en este barrio son el edén para quien busca piezas con muy poco uso y a buen precio.
Convenientemente ubicadas a una cuadra del Museo Metropolitano de Arte y la Neue Galerie hay un puñado de tiendas vintage y de reventa de lujo que permiten adentrarse en los armarios de la élite local. Un desayuno en Café Sabarsky puede ser el punto de inicio perfecto para entrar en el mood que requiere esta parte del viejo y opulento Manhattan. Como primera parada, en la esquina de Madison y la 84, en Michael’s Luxury Consignment, el amable personal ayuda a navegar por las múltiples marcas de lujo que alberga su nuevo local. El secreto de Michael’s es que, debido a su constante oferta y rotación, los precios son mucho más competitivos que en otras boutiques.
Unos metros hacia el sur, Roundabout Resale Couture hace gala de una curaduría exigente y de artículos casi nuevos. Su selección de Chanel suele ser amplia, de distintas épocas y más asequible que en otros lados, en particular después de los incrementos de precio que ha tenido la marca globalmente.
Al salir de Roundabout, cae bien un poco de aire fresco para dirigirse hacia el este, con rumbo a Margoth. Las cosas se ponen interesantes en esta boutique, cuyo tamaño es inversamente proporcional a la cantidad y variedad de tesoros sorpresa de otras décadas que pueden hallarse adentro: desde un bolso Hermès de cocodrilo de los años cuarenta hasta lo más sexy que Tom Ford creó en su paso por Gucci.
Ahora que, si de cosas de caballeros se trata, Gentleman’s Resale es una parada obligatoria. Escondida unos metros por debajo del nivel de la calle se encuentra esta caja de maravillas, que lo mismo satisface a un cliente maduro en busca de ropa de etiqueta que a un sneakerhead tras unos tenis de edición especial.
Habría que terminar el tour visitando (o revisitando) sitios emblemáticos de esta parte de la isla. Hay que regresar a Madison Avenue para comer algo en Sant Ambroeus –entre las mismas mujeres cuyos armarios acabas de visitar– o ir por uno de los martinis más célebres de Nueva York en Bemelman’s Bar, dentro del Hotel Carlyle. Aunque, si lo que quieres es relajarte con un panino tan reconfortante como fuera de serie, visita Via Quadronno, joya poco conspicua del barrio.
SoHo, East Village y Nolita
Cruzando la frontera de la Calle 14 hacia el sur, todo territorio de moda se vuelve más flexible. Y al sur de Houston lo nuevo y lo no tanto conviven en total y ecléctica armonía. Para empezar por lo opuesto a lo visitado en el Upper East Side está Procell, con una selección interesante de playeras digna de mencionar, junto con objetos y accesorios que oscilan entre lo irónico y lo genial.
Aberizk es el chico nuevo del barrio, pero no ha tardado en obtener el estatus de tienda de culto entre los amantes de la mezcla de moda vintage y contemporánea. Su curaduría de producto consiste en ofrecer prendas y accesorios tanto de talentos emergentes como de segunda mano, de marcas establecidas.
¿Alguna vez te preguntaste a dónde fue a parar la celebérrima ropa de Sex & The City cuando la serie terminó? Camina unos metros y llega a INA, la boutique que saltó a la fama por comprar (y poner a la venta) ese archivo de ropa y ser una de las pioneras en la reventa de lujo en Nueva York. La selección y el perfil de marcas es más joven y actual, aunque cumplen con el inventario esperado de marcas clásicas y solicitadas. También hay INA Men, que tiene su sucursal en Chelsea.
En la esquina de Prince y Mott puedes parar por un café y el mejor pastel de chocolate de todo Estados Unidos. Un letrero avala este reconocimiento en la entrada de Little Cupcake Bakeshop. Pide una rebanada del Brooklyn Blackout Cake y compruébalo.
What Goes Around Comes Around es otro titán del lujo preusado, no sólo en sus tiendas físicas, sino con su comercio electrónico también. Si buscas las piezas de inversión que son el santo grial del lujo (bolsos Chanel clásicos o de Birkin y Kelly, de Hermès), es muy probable que aquí encuentres alguna con cierta frecuencia.
Sobre la misma calle hallarás también la primera tienda física de The RealReal. El espacio está editado con cientos de piezas que ruegan ser compradas y llevadas a casa: ropa, zapatos, joyería, bolsos y accesorios recién salidos de las páginas de las revistas más famosas…, todo en un mismo lugar. Para recuperar un poco el aire después del posible síndrome de Stendhal, hay un café con un patio pequeño y acogedor.
Para looks más arriesgados y prendas únicas, no dejes de visitar Dear: Rivington, una concept store donde, además de moda, hay decoración y una curaduría impecable de objetos de todo el mundo que sigue una historia visual en blanco y negro.
Tokio7, en East Village, es una experiencia intensa en un espacio pequeño. Los clósets más interesantes del underground neoyorquino mueren y nacen en esta tienda. Su misión de popularizar la compra y venta de moda de segunda mano, y que la gente pueda tener un guardarropa interesane sin grandes inversiones, bien merece una visita. ¿Quieres un coctel tan sui generis como esta tienda? A pocos pasos está Death & Company, speakeasy que se ha convertido en una institución y nido de varios de los mejores mixólogos del mundo.
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