El Día de Muertos en México es el resultado de un encuentro afortunado entre de la religión católica y las culturas prehispánicas. Una tradición que por sus matices y originalidad ha llamado la atención del mundo. Y es que nadie se relaciona con la muerte como lo hacen los mexicanos.
Nadie le da a los que ya no están esa vida momentánea que sólo existe por la memoria. Sin embargo, nuestro país no es el único que celebra este día. De hecho, al otro lado del Océano Atlántico, en Francia para ser exactos, hay una conmemoración parecida a la mexicana, que también se celebra el el 1 y 2 de noviembre. Hablamos de La Toussaint.
El origen pagano
Este evento de otoño es una fusión entre las creencias católicas y algunas religiones paganas de la Edad Media. Durante este periodo se veneraba el Samhain; el único día del año en el que (según los antiguos) la comunicación entre vivos y muertos era posible y se establecía mediante un banquete y otros rituales (¿suena familiar?). Esta tradición quedó muy arraigada en los pueblos franceses por lo que la iglesia cristiana optó por incorporarla a sus costumbres y la convirtió en el Día de Todos los Santos o “La Toussaint”.
¿Cómo se celebra?
Como ya lo mencionamos antes, esta fiesta tiene lugar el 1 y 2 de noviembre. Durante estas dos jornadas algunas personas tienen la costumbre de ir a los panteones y adornar las tumbas de sus seres queridos con crisantemos, una flor típica de la temporada.
La festividad se divide en dos partes: el 1 de noviembre se recuerda el Día de Todos los Santos y el 2 de noviembre se conmemora el Día de Todos los Difuntos; el primero es considerado una fiesta nacional en Francia y es cuando la gente acude a la iglesia y pone flores en los sepulcros para recordar a los muertos.
Por otro lado, el segundo día del penúltimo mes tiene un valor más simbólico ya que en él se conmemoran a los difuntos, pero no hacen ninguna actividad en particular: sólo se recuerda lo que nunca se debe olvidar.
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