Cuatro obras icónicas de la colección permanente del Museo Nacional del Prado en España fueron intervenidas digitalmente para mostrar cómo luciría el mundo a causa de la crisis climática. El objetivo es difundir, desde la mirada de algunos pintores históricos, lo que significará para el planeta el aumento del nivel del mar, la extinción de especies, la desaparición de ríos y cultivos por la sequía extrema. Esto, en el marco de la celebración de la Cumbre del Clima en Madrid 2019 organizada por la ONG World Wide Fund (WWF).
Del acervo artístico del Prado, y bajo la iniciativa de la WWF, se eligió Niños en la playa de Joaquín Sorolla, El quitasol de Francisco de Goya, Felipe IV a caballo de Diego Velázquez y El paso de la Laguna Estigia de Joachim Patinir. El proyecto, que lleva por nombre +1,5ºC Lo cambia todo, refrenda que el arte y sus valores se pueden poner al servicio de la sociedad y sus problemáticas. (Para ver las obras digitales entren a este link).
El paso de la Laguna Estigia de Joachim Patinir es una mezcla del cristianismo con la mitología clásica. El río, por ejemplo, representa la separación del mundo de los vivos y los muertos. El barquero, ese viejecito con barba, transporta las almas de los fallecidos, de un lado a otro. Esa pequeña figura que se ve en el barco es humana (al parecer está decidiendo de qué lado quiere quedarse).
Niños en la playa de Joaquín Sorolla data de 1909. En él se ve con claridad la luz característica del Mediterráneo; tal vez por eso su estilo fie definido com “luminismo”. A Sorolla le gustaba pintar al aire libre y de manera espontánea. Se cuenta que sus caballetes, instalados de manera improvisada, algunas veces salían volando por las ráfagas de viento.
Se cree que la composición de El quitasol es una de las más elegantes de Francisco de Goya; ella pintura fue creada en 1777. Para inspirarse, Goya observaba con atención las maneras de la sociedad aristócrata en su cotidiano, de ahí que la pieza resulte en una postal de un momento “cualquiera” entre la gente de entonces. El quitasol fue la pieza más exquisita que realizó para la Real Fábrica de Tapices.
Felipe IV a caballo fue creado por Diego Velázquez para la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro. En este óleo, de más de tres metros de largo por tres ancho, se ve al rey de perfil, airoso sobre su bello corcel (rígido y atento), inmersos ambos en la atmósfera madrileña de aquel entonces.
La crisis climática actual
La iniciativa de la WWF y el Museo del Prado es un llamado de urgencia sobre lo que podría pasar en un futuro no tan lejano. Muestra de ello es la crisis que se vive en las playas mexicanas con el sargazo, en los glaciares y en diversos ecosistemas. O en poblaciones alejadas donde la fauna muere de manera trágica, basta ver el ejemplo de los 60 osos polares que quedaron atrapados en Ryrkaypiy, Rusia, por la fragilidad del piso de hielo. Por si fuera poco, científicos rusos advirtieron que estos animales se vieron obligados a “incluir” el plástico en su alimentación, dado que es lo que encuentran a su paso.
La problemática del plástico es tal, que sólo el 9% se recicla, el 91% restante termina en tiraderos de basura, en las calles o en el mar. Si seguimos así, para el 2050 se calcula que en el mar habrá más plástico que peces.
Para visitar el Museo Nacional del Prado
Calle de Ruiz de Alarcón, 23, 28014 Madrid, España. De lunes a sábado de 10 a 20 horas, domingos y días festivos de 10 a 19 horas.
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Foto de portada: World Wild Life (WWF)
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