¿Otro San Valentín de regalar peluches, tarjetas y globos? No, por favor. No sólo porque son cursis o predecibles, sino porque son innecesarios y, en general, dañan al medio ambiente. En estos tiempos en los que cuidar el planeta —que, por cierto, es el lugar donde nos enamoramos— lo mejor que podemos hacer al celebrar el famoso “mes del amor” es divertirnos con experiencias que se conviertan en recuerdos memorables. Hemos elegido cinco de cientos de posibilidades que se te pueden ocurrir y que serán mucho mejores que un oso de felpa con un corazón.
Tragos y trazos
En Departamento (Álvaro Obregón 154, Roma) las sesiones de Drink & Draw ya son una tradición. Consisten en un pequeño taller de dibujo que siempre comanda alguien con expertise en artes visuales y que te va dando instrucciones mientras disfrutas los cocteles de la casa. Este miércoles 16 de febrero, para ponerse en el mood del mes, @inimiski guiará una sesión de dibujos eróticos. Además, habrá mezcales.
Si no alcanzas lugar o sino estás en la Ciudad de México, puedes replicar el plan en casa preparando cocteles y dándole play a alguno de los miles de tutoriales de pintura, ilustración y dibujo que hay en YouTube. Tip: los de Bob Ross son nostalgia y diversión garantizadas.
Aprender algo
Una clase de cocina, de masajes, hasta de taekwondo si quieres. En cualquier ciudad en la que estés podrás encontrar un curso de algo que tú y tu pareja aprecien. Aprender juntos algo que sea nuevo para los dos refuerza lazos y, además, es muy divertido. Si estás en CDMX, puedes intentar —por ejemplo— la práctica fotográfica en las chinampas de Xochimilco que la fotógrafa Brenda Islas guiará en Arca Tierra. Es el 26 de febrero y podrán mejorar sus técnicas para tomar fotos de paisajes, asombrarse con el amanecer en los canales, disfrutar un desayunito del comal y tomarse las mejores fotos entre ustedes. Pueden inscribirse aquí.
Pasear de manera novedosa
Si les gusta andar en bici, pueden recorrer juntos las rutas que ya hemos recomendado aquí, pero también pueden buscar paseos en medios de transportes menos comunes para que puedan experimentarlos juntos. Por ejemplo, un vuelo en globo en Teotihuacán o San Miguel Regla o un tour en helicóptero si el presupuesto es más holgado y nunca lo has hecho.
Hacer algo extremo
Quizá esto si es un cliché, pero ir a escalar, a bucear o lanzarse del paracaídas, sin duda será algo para recordar. No necesitas que haya corazones ni tarjetas con palabras cursis, sino un espíritu abierto a la aventura. La adrenalina hará todo más emocionante. Y, como muchas de estas actividades no pueden realizarse en la ciudad, invitan a hacer una escapada exprés. Si no se te ocurre nada, revisa la página de Introspecta, tienen muy buenos planes de senderismo de distintos niveles en todo México.
No hacer nada
Si propones este plan y te responden con alegría, ahí es. San Valentín puede ser el pretexto perfecto para no hacer absolutamente nada. No cocinar (puedes pedir a tu restaurante favorito vía una app), no salir (pueden elegir películas desde las decenas de plataformas de streaming que hay) y no necesariamente darse un obsequio, sino acompañarse, escucharse y disfrutarse. Es un plan perfecto cuando se tienen agendas ajetreadas y lo único que se necesita es un poco de paz en casa. Pongan unas gotas de aceite esencial de damiana en un difusor y disfruten de la total y absoluta relajación que debe ser el amor.