Todo amante de la gastronomía tiene aunque sea una vaga idea de cómo catar un vino o un destilado, pero ¿qué hay que hacer cuando se tiene un jamón ibérico en frente? Antes de probarlo hay que formularse cinco preguntas: ¿qué tipo de pieza es?, ¿qué alimentación tuvo el animal?, ¿de qué raza de cerdo se trata?, ¿de qué año es? y ¿de dónde viene? Pocas veces esa información está disponible en las etiquetas y, si lo está, tal vez no entendemos del todo qué significa.
Cortesía: 5J.
Con esto en mente fue que nació Ibérico, una aplicación desarrollada por la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), la cual responde estas preguntas y no sólo informa, sino que forma al consumidor sin importar en dónde se encuentre. Al sacarle una foto al código de barras del jamón, el celular despliega las respuestas en tres niveles distintos de información.
El primero es bastante técnico e informativo; el segundo nivel es explicativo, enseña el impacto que los tecnicismos antes mostrados tienen en el producto final y en la experiencia del consumidor, como la diferencia de los sabores de cada una de las razas de cerdo. Por último, para los catadores más exigentes la aplicación da un contexto histórico y enfocado en la enorme tradición que rodea a uno de los ingredientes insignia de la gastronomía española y portuguesa.
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Además del propósito informativo, la aplicación busca fomentar que el consumidor le dé a un producto —en este caso jamón ibérico— el lugar y valor que se merece. Ya sea en un viaje a la península ibérica o incluso en México (segundo destino de las exportaciones fuera de la Unión Europea, sólo por debajo de Estados Unidos) de ahora en adelante no hay pretexto para no saber qué jamón pedir.
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