Entre la inmensa colección de fachadas que hay en Nueva York, hay un edificio esquinado que fue construido con miles de ladrillos hechos a mano. Una construcción (obra de Grayling Design) cuyo diseño se inspiró en las casas de descanso europeas de otras épocas. Este lugar es la sede de uno de los hoteles boutique más interesantes de la Gran Manzana: hablamos de The Greenwich Hotel, un recinto que está ubicado en el corazón del barrio de Tribeca.
Este discreto hotel combina la esencia de la antigüedad con un estilo decorativo moderno. Una combinación ecléctica que resume de una manera estupenda el espíritu neoyorkino y que le permite a los huéspedes entender la forma en la que viven muchos locales.
Aunque este hotel se encuentra cerca de las zonas neoyorquinas más cosmopolitas (SoHo, Greenwich Village o Wall Street) está ubicado en Greenwich Street; una calle tranquila y silenciosa, perfecta para albergar los ocho pisos del hotel y sus 88 habitaciones. Hay que destacar que en el Greenwich cada cuarto es diferente, varía en tamaño, amenidades y diseño.
En cuanto a la comida podemos enumerar el Dining Room; un bar perfecto para disfrutar de los interiores acogedores del hotel, y el restaurante Locanda Verde a cargo del chef Andrew Carmellini; un rincón culinario en el que todos los días se reinventa la gastronomía italiana y se ofrecen platillos elaborados con los mejores ingredientes.
Una habitación
Los mejores cuartos son los que están en las esquinas y el Fireplace Corner Suite es uno de ellos, que además de tener un ventanal curvo que ofrece una vista sin igual de Greenwich St. y de N Moore St., cuenta con una pequeña sala de estar y con una chimenea.
Personaje clave
El dueño de The Greenwich Hotel es nada más y nada menos que el actor Robert de Niro. De hecho, en los muros del hotel se pueden contemplar algunas obras de arte expresionista que hiciera su padre Robert de Niro Sr., durante su vida.
Platillo
En la cocina de Locanda Verde se prepara todos los días pasta fresca. Por esto, uno de los platillos obligados de probar es el linguini de tinta de calamar. Este oscuro platillo se prepara con mariscos, salami curado italiano y shishito, una especie de chile dulce asiático.
Bebida
El Luminoso es uno de los cócteles que se pueden pedir en el hotel. Esta bebida está hecha a base de Cocchi Americano mezclado con tequila, Contratto y un jarabe de uva Concord con romero que se prepara en la casa.
Espacio abierto
Sin duda, el salón de convivencia es un espacio que hay que visitar al menos una vez durante la estancia en The Greenwich Hotel. Esta área está llena de amplios sofás y sillones, mesitas para café y estantes retocados de libros. Lo mejor de este lugar es la chimenea, que crea un ambiente cálido y acogedor durante el invierno.
Un detalle
Un elemento que hay que destacar del hotel es que es que es un torbellino de culturas del mundo. Esto se puede notar en la decoración tan variada como original. Por ejemplo, se pueden encontrar tapetes tibetanos, una terraza de estilo toscano, pisos con mosaico marroquí y sofás de cuero ingleses.
Lo imperdible
El Shibui Spa es un espacio de bambú diseñado por artesanos japoneses. A través de masajes, tratamientos y sesiones de yoga y Pilates, este lugar busca crear un balance entre la ciudad y la naturaleza, así como entre lo tradicional y lo moderno. Además, los productos que utilizan son orgánicos y de origen vegetal.
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