Se conoce como luz zodiacal a la tenue franja que ilumina un cielo estrellado carente de luna. Este fenómeno es provocado por la dispersión de la luminosidad en diminutas partículas de polvo cósmico que flotan en el espacio exterior; se aprecia con mucha más claridad en la línea curva por la que transita el Sol alrededor de la Tierra. En otras palabras, se trata de un suceso que delinea el recorrido del astro a lo largo de un año con pequeñísimos restos de cometas y asteroides.
Este camino luminiscente consiguió su nombre gracias a una suposición científica según la cual si La Luz Zodiacal se prolongara millones de kilómetros podría alcanzar las famosas constelaciones que se relacionan con los signos (aries, tauro, géminis, etc.). Lo que la hace tan especial es su capacidad de formar una suerte de nube que condensa restos interplanetarios en diversas zonas del Sistema Solar.
Se calcula que unas 100 mil toneladas de estas partículas luminosas caen en la superficie de la Tierra anualmente. Foto: NASA
¿Cuándo podemos ver la luz zodiacal?
Debido a la inclinación de la eclíptica, que varía según el momento del año, los mejores meses para contemplar la luz zodiacal son febrero y marzo, antes del anochecer; y septiembre y octubre, antes del amanecer. De hecho, hasta el 19 de octubre, durante las siguientes dos semanas de otoño, se podrá admirar, casi a simple vista, ese fenómeno. Eso sí, es necesario permanecer en un espacio abierto y sin contaminación lumínica.
Hay que destacar que La Luz Zodiacal ha sido importante para la humanidad desde el principio de los tiempos. Algunas civilizaciones la conocían como “falso amanecer” por tratase de un resplandor, en forma de pirámide, que se “aparecía” a simple vista durante la primavera y el otoño en el hemisferio norte.
La luz zodiacal tiene una forma un tanto triangular. Foto: NASA.
La cosmología a través de los tiempos
La creación del mundo, según el calendario maya, ocurrió el 13 de agosto del año 3114 antes de nuestra era. Los pueblos originarios creían que el Sol brillaba de día y en la noche éste entraba al inframundo. La forma en la que los mayas contemplaban el universo les permitió crear una compleja ciencia astronómica y una multitud de calendarios que regulan su existencia.
Mientras tanto en occidente, Aristóteles creía que la Tierra era el centro del Universo, y que alrededor de los dos astros giraban los planetas y estrellas que se veían a simple vista. Las creencias intraterrestres fueron hegemónicas (con pocos detractores) hasta que Nicolás Copérnico inició con la “astronomía moderna” y Galileo Galilei expuso sus teorías.
La galaxia sigue siendo un misterio para la humanidad. Foto: NASA.
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Foto de portada: NASA
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