Establece reglas
Desde el inicio del viaje deja claras las reglas y limitaciones: no gritar, no sacar las manos por la ventana, no levantarse del asiento y no pelear entre hermanos. Hacerles saber todo esto aumentará tus posibilidades de tener un viaje tranquilo.
Lleva audífonos
¿Quieres pasar todo tu viaje cantando mentalmente: “Mi pollito amarillito en la palma de mi mano ” o estar cuatro horas de tu vida escuchando la musiquita hipnótica de Candy Crush? Compra unos audífonos para que tus pequeños puedan disfrutar de sus canciones y juegos favoritos en una tablet o celular, sin sacrificar tu cordura en el proceso. Procura que sean audífonos over-ear y no intra-aurales, pues son los más aptos para preservar la salud auditiva.
Prepara tus provisiones
Viajar con niños puede ser una misión complicada, pero si te preparas con anticipación, puedes librar fácilmente cualquier imprevisto. Asegúrate de llevar en el auto algunas botanas y bebidas, así como bolsas de plástico, servilletas, una solución limpiadora y un cambio de ropa. Con esto, las emergencias ocasionadas por mareos se solucionarán en cuestión de segundos.
Aprovecha para tener tiempo familiar
Aunque los gadgets podrán distraer a tus hijos el tiempo suficiente para sobrevivir al viaje, piensa en que esas horas de carretera son un buen momento para la convivencia familiar. Juega a detectar objetos en el camino o letras específicas en las placas. Así no sólo mantendrás a los niños ocupados, sino que te ayudará a moderar sus horas de pantalla.
Procura viajar de noche
Así será más fácil tener un viaje tranquilo, pues eventualmente los niños se quedarán dormidos. Si haces esto, tómate un tiempo para descansar antes del trayecto, y revisa que tus hijos no duerman acostados, sino sentados y con el cinturón de seguridad.
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