Mi fascinación por Japón comenzó hace unos 20 años cuando un amigo me enseñó Japanorama, una serie de la BBC que conducía Jonathan Ross. Fue la primera vez que sentí curiosidad por un mundo diametralmente opuesto al mío. En pantalla, Japón era un paraíso pop repleto de neón y ruido; “Japan is the land where science fiction becomes fact”, decía Ross en el primer episodio.
Pensar en conocer ese universo me parecía imposible. Sonaba lejano, exótico e inaccesible. Cuando finalmente lo conocí, en 2011, me di cuenta de que esa visión era muy limitada y que este país era mil veces más hermoso y complicado que los ruidos y los colores chirriantes. Desde entonces vuelvo cada vez que puedo.
De Japón amo la dedicación y el esmero que ponen en cada cosa, amo el respeto hacia el trabajo y la capacidad de poner la belleza en todo lo que hacen. Mientras intento aprender japonés —que no es tarea fácil— me entretengo planeando mi próximo viaje y, sobre todo, disfruto convencer a cualquiera que se deje de comprar un boleto a Tokio hoy mismo. Este artículo es una versión escrita de mi argumento.
Por qué ir ya a Japón y no dejarlo para después
Con tantos lugares para conocer en el mundo, ¿por qué insisto con empezar por Japón? A diferencia de lo que podría parecer, este país ya no es un destino exótico; de hecho, como mexicanos, éste es uno de los destinos internacionales más cercanos que tenemos. Cada noche, por ahí de la una de la madrugada, dos Dreamliners salen del Aeropuerto Internacional Benito Juárez a Narita, directo y sin escalas —primero Aeroméxico y después ANA—.
Esto se debe, hay que decirlo, no al turismo propiamente, sino a la industria. Cada vez son más las compañías niponas que tienen negocios en nuestro país, incluso plantas de producción (como sucede con Toyota). Gracias a esto nació una gran demanda y, con ella, dos vuelos directos que en temporada baja pueden tener precios increíblemente accesibles. De hecho, es muy común encontrar mejores precios en sus rutas que en cualquiera europea (mientras escribo esto se puede comprar un boleto a Tokio durante varios meses de 2019 y principios de 2020 por unos 16 mil pesos).
Razón número dos para escoger Japón sobre cualquier otro destino: este país no sólo resulta fascinante, sino que tiene mucho para enseñarnos. No es extraño volver de Tokio y deprimirse cuando uno ve basura tirada en la calle o a la gente rompiendo todas las normas mientras maneja. Ir a Japón es como un pequeño curso intensivo de civismo que nos viene muy bien a todos; además, es un país que combina naturaleza, cultura y sí, tecnología y luces de neón. Grandes y chicos quedan encantados (ir con niños y adolescentes es muy buen plan, por cierto).
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Este texto forma parte de la guía 101 de Japón
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