La temporada de esquí 2018-2019 está lejos de terminar. Las montañas del norte del planeta siguen cubiertas de nieve, e invitan a recorrerlas cuesta abajo sobre un par de esquís o una tabla. Y aunque hay destinos tan variados como las Rocallosas en Estados Unidos o los Alpes Franceses, el mejor sitio para disfrutar de este deporte de invierno es en Whistler, Canadá, específicamente en el legendario hotel Four Seasons, donde se puede gozar –además– de una estadía inigualable.
Este resort, ubicado a los pies de Blackcomb Mountain, se impone como un referente entre los amantes del esquí en nieve. Vaya, desde el primer vistazo se puede apreciar el estilo alpino del lugar: trabes de madera, techos a dos aguas y detalles de piedra. Y es que esa fue la intención de Burrowes Huggins Architects, quienes dotaron al Four Seasons Whistler de una esencia rústica y cálida pero sofisticada a la vez.
El hotel cuenta con 178 cuartos, 95 suites y 37 residencias privadas, todas con un balcón exterior, chimenea y amenidades para baño de la marca L’Occitane. Esta línea de bienestar no se descuida en ningún momento: se puede acudir al spa y tomar uno de los múltiples tratamientos y masajes que se ofrecen.
Si el antojo lo apremia, es posible disfrutar de un banquete en la comodidad del cuarto con room service 24 horas. En caso contrario, lo ideal es visitar el restaurante Sidecut Modern Stake o la barra del Sidecut Bar, donde el chef ejecutivo Eren Guryel se empeña en utilizar ingredientes frescos y de temporada para servir platillos modernos y auténticos.
Llegar al Four Seasons Whistler es relativamente sencillo: se puede volar a la ciudad de Vancouver (hay vuelos directos desde la Ciudad de México) y manejar dos horas y media. El recorrido en auto es una de las joyas del trayecto, pues hay que transitar por la Sea-to-Sky Highway, una autopista que comienza en las costas del Estrecho de Georgia y termina en las montañas Rocallosas, sitio que ofrece vistas cristalinas y panorámicas de la naturaleza canadiense.
Premier Suite
Ideal para viajar en grupo y contar con suficiente espacio, la Two Bedroom Premier Suite puede recibir hasta seis personas. Cuenta con una cocina completamente equipada, comedor, un área de descanso y balcones privados que dan vista a las montañas nevadas.
El mejor espacio abierto
El hotel tiene una alberca exterior de agua templada que hace posible nadar mientras caen copos de nieve. Para complementar el calor, junto a la piscina hay varias cabinas de sauna que se asemejan a un barril por su forma cilíndrica y sus paredes de madera.
Personaje clave
Para una experiencia perfecta en Whistler, los huéspedes tienen a su disposición un ski concierge. Esta persona se encarga de sacar y guardar el equipo en cada sesión de esquí, así como de presentar un reporte diario del estado de las pistas y los lifts del área.
Algo imperdible
El imperdible es, sin duda, la happy hour de tazas de chocolate caliente acompañada de s’mores caseros. Una delicia que ayuda a recuperar el calor corporal mientras se descansa al lado de la gran fogata del patio exterior.
Platillo
Uno de los platos insignia del restaurante del Four Seasons es el rib-eye “longbone”, un corte de 1300 gramos añejado por 40 días y que se prepara a la parrilla. Se sirve con romero y salsa bernesa o de tamarindo. Un manjar perfecto par compartir.
Bebida
El Iberian Apertif es el trago de la casa, diseñado por la mixóloga Lauren Mote. Se trata de un balance entre Amontillado Sherry, brandy español, Cointreau, pequeñas flores de coco, extracto de hierbas y aceitunas ahumadas.
Detalle
Al llegar al Four Seasons los visitantes reciben un saludo particular y peludo. Se trata de los ladridos de Maola, una perra husky que es la imagen de bienvenida al hotel. Por cierto, todas las habitaciones se pueden acondicionar para recibir mascotas.
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