Como en casa
Sitios de hospedaje que te hacen sentir como un habitante más de la ciudad que visitas.
POR: Esther González Jacques
Hay hoteles que, lejos de excluirte del entorno en el que estás, te integran como un habitante más de la ciudad, lugares que te adoptan como residente y hasta se convierten en espacios entrañables al momento de contar tu travesía.
Un ejemplo es el hotel Iberostar Las Letras, en Madrid. Basta con abrir un momento la ventana de tu balcón para sentir que jamás te despegas del ambiente de Gran Vía, su ajetreo en las mañanas y fiesta de noche. La ubicación, dentro del Barrio de las Letras, te permite hacer pequeñas caminatas entre locales legendarios —con más de 100 años de tradición— donde venden croquetas de gambas, bocadillos de calamares, torteles y turrones. El hotel está a unos pasos de Puerta de Sol, la mayor zona comercial de la capital —para que vayas una y otra vez a esa tienda que tanto te gustó—, y de los barrios de Chueca y Malasaña, por si quieres salir por una copa y no te quieres alejar demasiado de la zona.
En otras latitudes, para experimentar Berlín al máximo, recientemente se inauguró Vienna House Easy, en el barrio de Prenzlauer Berg, famoso por sus boutiques de diseñadores nacionales. Muy cerca está el sector de Friedrichshain, donde se ubica la East Side Gallery, aquella estructura del muro que se conservó y que diversos artistas utilizaron como lienzo hace algunas décadas para proyectar demandas políticas y sociales, y a unos pasos se localiza Simon-Dach-Strasse, la zona que reúne una gran cantidad de pubs.
Ace Hotel, en Londres, se sitúa en Shoreditch, el distrito que reúne las galerías, teatros y estudios artísticos de quienes están en boga en el mundo del arte contemporáneo. Uno de los detalles más acogedores de Ace Hotel es su decoración que te hace sentir como en tu propio loft, en el que querrás quedarte algunas horas a descansar y ver la vida desde la ventana. El vecindario también concentra algunas de las propuestas gastronómicas más interesantes del momento, entre ellas Hoi Polloi —con una cocina británica de ingredientes que cambian por temporada— y Dishoom, un sótano con una barra abierta donde distintos chefs indios preparan sus mejores recetas tradicionales. Los domingos por la mañana puedes caminar hacia Brick Lane Market, el bazar de artesanos y diseñadores locales.
The Hoxton, en Amsterdam; Nerva, en Roma; The Tuscan, en San Francisco, e incluso Chaya, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y Carlota, en la colonia Juárez, son otras opciones de hospedaje cuyas ubicaciones permiten fusionarte con el ambiente que habitas durante algunos días para disfrutar, cual inquilino, de la comodidad de tener a cuadras de distancia los lugares insignia de cada viaje.
Otra novedad en este tipo de alojamiento es 1 Hotel Brooklyn Bridge, que inauguró el mes pasado. Desde tu habitación ves el tránsito de autos y peatones por la gran plataforma que une a este extremo de Long Island con Manhattan. Pero además, su cercanía al puente te deja caminarlo o rodarlo en bicicleta para camuflarte como todo un neoyorquino.
Desde esta perspectiva, la elección de un hotel al momento de planear unas vacaciones se transforma en uno de los puntos más importantes a considerar, para dejar de ser un extranjero y convertirte en un habitante más durante la estadía.
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