Pabellón Eco 2015: Paradoja Hídrica
El jurado de la sexta edición eligió una pieza de Taller Capital que apuesta por la concientización sobre el manejo del agua.
POR: Redacción Travesías
El Pabellón Eco es una iniciativa del Museo Experimental El Eco en colaboración con Buró-Buró que busca vincular la arquitectura con el arte por medio de una intervención arquitectónica temporal en el patio del museo. La primera edición del concurso tuvo lugar en 2010, pero no fue sino hasta la convocatoria de 2014 cuando la invitación a participar se extendió a todos los arquitectos y despachos en México.
La Paradoja Hídrica, de Taller Capital, fue designado como proyecto ganador en la edición 2015. Hablamos con la arquitecta Loreta Castro Reguera, fundadora de este taller de arquitectura y diseño urbano, para que nos diera los detalles sobre su propuesta.
¿Cuál ha sido tu trayectoria como arquitecta?
Soy arquitecta por la UNAM y estudié en la Academia de Arquitectura, en Mendrisio, Suiza. Hice una maestría en la Harvard Graduate School of Design, donde me especialicé en el manejo de agua en las ciudades. Al regresar, en 2010, fundé, junto con Pablo Ambrosi, Taller Capital.
¿Qué tipo de proyectos desarrollan en Taller Capital?
Hacemos muchos proyectos de vivienda, de investigación y de diseño urbano. Trabajamos como asesores del Centro Mario Molina (una asociación civil mexicana que trabaja en formar puentes entre la ciencia y las políticas públicas en materia de energía y medio ambiente) e hicimos un proyecto de paisaje en Campeche. En el área educativa, ofrecemos un taller para el mejor manejo del agua por medio del diseño urbano, el paisaje y la arquitectura en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
¿De qué manera la gran paradoja que enfrenta la ciudad (“la antigua ciudad de los lagos, convertida en la de la escasez de agua”) se convirtió en el eje conceptual de su proyecto?
Quisimos enfocarnos en un tema que conociéramos a fondo, con tal de que nuestra propuesta estuviera cargada de contenido. Hace tres años tuvimos la oportunidad de visitar la obra del Túnel Emisor Oriente (TEO) y nos impresionó mucho darnos cuenta de que los 68 kilómetros de longitud del túnel se forman a partir de una pieza prefabricada (un anillo de concreto); al tener tan presente el tema del agua en nuestra labor cotidiana, nos interesó presentar una propuesta que evidenciara la dimensión de la infraestructura necesaria para lograr el abastecimiento y drenaje del agua en la ciudad.
¿Cómo podrán interactuar los visitantes con la pieza?
El único requisito del concurso era que la intervención funcionara como foro para un grupo de 20 a 300 personas. Lo que nos gustó del aro es que tiene una fuerza estética muy relevante, además es uno de los elementos compositivos más importantes usados por Mathias Goertiz. Nos interesó la idea de tener un patio dentro del patio, y que en los espacios intersticiales (entre el aro y el patio trapezoidal) haya suficiente espacio para que la gente se congregue, por lo que funciona muy bien como foro.
¿Cómo consiguieron que les prestaran un aro del TEO?
Hay muchas personas con quienes estamos agradecidas por su contribución al proyecto, en especial con Rafael Carmona, de Conagua, quien está a cargo de los proyectos especiales relacionados con el TEO. Desde que le planteamos la idea, le interesó mucho el poder mostrar parte de esta megainfraestructura en un espacio cultural.
¿Cuál es el proyecto más ambicioso en el que trabaja Taller Capital?
El Parque Hídrico La Quebradora, en Iztapalapa, que estamos desarrollando junto con el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. El proyecto está en etapa de gestión y concentra todas nuestras ideas sobre el manejo del agua a través del paisaje.
¿Qué proyectos de infraestructura hídrica en áreas urbanas alrededor del mundo te parecen modelos a seguir?
Hay proyectos buenísimos en China, como los de Turenscape, el despacho de paisaje dirigido por Kongjian Yu. Él tiene muchas obras de manejo de agua a través del paisaje. También hay proyectos antiquísimos como Venecia. La ciudad estaba en medio de una laguna salada y no había pozos de agua dulce, así es que los venecianos hicieron un diseño urbano que funciona como una serie de plazas y tejas capaces de conducir cada gota de agua a unas cisternas debajo de las plazas. Venecia es una ciudad capaz de captar toda el agua pluvial para consumirla. Nuestro proyecto en Iztapalapa tiene como principal referente la serie de obras de recuperación de lagunas convertidas en espacios públicos en la ciudad de Hayderabad, en India.
La Paradoja Hídrica es una oportunidad única de conocer la infraestructura que hace que esta ciudad sobreviva. De manera paralela, nos hará cuestionarnos sobre otras formas de manejo del agua en el mundo en relación a como lo hacemos en la ciudad de México. Otro de los valores centrales de la pieza está relacionado con la premisa central del Pabellón Eco: la creación sin límites.
La Paradoja Hídrica podrá visitarse a partir del 28 de marzo y estará expuesta en el patio del Museo El Eco hasta el 28 de junio.
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