Dentro del imaginario de lo viajes, Arabia Saudita no figura muy arriba en las listas de los destinos más cotizados. Quizá la falta de turistas se debe a las rigurosas reglas y normas sociales que hay alrededor del Islam. Tal es el caso del uso del controversial uso del hiyab o burka, o de las fuertes legislaciones –hoy en día consideradas misóginas–a las que día con día se tienen enfrentar un sinfín de mujeres.
Entre todas las reglas vigentes que tenía el emirato, una de las más escandalosas era aquella que le impedía a las mujeres viajar sin un tutor masculino –papá, esposo, hijo o cualquier otro familiar–. Incluso para tramitar su pasaporte debían contar con la previa autorización de un hombre. Afortunadamente el pasado 2 de agosto el futuro de las generaciones saudíes cambió para bien, pues por un decreto real en el que se abolió esta ley.
Este es sin duda el mayor triunfo de las mujeres saudíes en décadas. Ahora, cualquier ciudadana de más de 21 años puede solicitar, sin compañía, un pasaporte. Aunado a esto también se les otorgó el derecho civil de registrar frente a la ley nacimientos, matrimonios y divorcios, así como figurar como tutoras legales de los menores de edad.
Esto es la mitad del camino
Un primer avance, en septiembre de 2017, fue permitirles a las mujeres entrar a los estadios deportivos como espectadoras. Recientemente, otra de las restricciones que se les han levantado a las mujeres es manejar. Hasta junio de 2018, las saudíes no podían conducir y siempre debían ir en un coche acompañadas por algún hombre. El año pasado ya se les permitió conducir, aunque todavía cuentan con ciertas limitantes.
Por desgracia, las saudíes todavía enfrentan numerosos obstáculos en su día a día. Se trata de tradiciones que se han conservado desde hace siglos y que muchas veces tienen connotaciones de carácter religioso. El más controvertido es el uso de túnicas que cubren el cuerpo. Si bien las generaciones más jóvenes ya solo usan un hiyab (velo alrededor de la cabeza) todavía existen numerosas mujeres que portan la burka (túnica de cuerpo entero cuya única apertura es una rejilla frente a los ojos).
Algunos otras de sus limitaciones sociales son el impedimento de interactuar con hombres con los que no tienen una relación parentesco. Por eso, muchos edificios del país tienen entradas o salas destinadas para las mujeres. Uno de estos son las albercas públicas o los gimnasios, establecimientos a donde solo se les permite el acceso a los hombres.
De Arabia Saudita para el mundo
El responsable de este decreto fue el príncipe heredero Mohammed bin Salman (un cambio tan esperado por la comunidad femenina de Arabia). Y aunque la ley también tiene una gran cantidad de opositores, ganó la necesidad de impulsar la economía del país. Al respecto el mandatario declaró en una entrevista que los “saudíes no quieren perder su identidad, pero quieren ser parte de la cultura global”.
En este sentido, otra iniciativa para abrir las puertas del país fue la facilitación del proceso para tramitar visas para turistas extranjeros.
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