Rotterdam es la segunda ciudad más importante de los Países Bajos. Fue fundada en el siglo XIII, tiene unos 600 mil habitantes y es el puerto más grande de toda Europa. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las urbes del viejo contienente, prácticamente no tiene arquitectura histórica.
Esto se debe a que Rotterdam fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial por los alemanes y todo su centro se convirtió en escombros. De hecho, durante el conflicto varias urbes europeas fueron arrasadas y aunque la mayoría (como Dresden o Münich) decidieron reconstruir su patrimonio histórico y cultural tal y como era, Rotterdam tomó otro camino.
El gran puerto del Mar del Norte
Después de su fundación, la ciudad se mantuvo como una pequeña villa pesquera sobre el río Mosa, a unos 30 km del Mar del Norte. Sin embrago, esto cambió cuando en 1340 se construyó un canal que la conectó con el río Schie. A partir de ese momento, Rotterdam ganó importancia como puerto comercial y ya para el siglo XVII, durante la época de oro de los Países Bajos, era la segunda urbe portuaria más importante del país, sólo después de Ámsterdam.
La construcción de nuevos canales, puentes y trenes durante el siglo XIX hizo que Rotterdam se transformara en el puerto holandés más importante. Años después se convirtió también en el más grande de Europa y del mundo cuando se terminó de construir una nueva terminal portuaria en 1930.
La ciudad bombardeada
Rotterdam conservaba una cara idéntica a la de otras ciudades neerlandesas, con esbeltas casas de ladrillo de pocos niveles construidas frente a los canales. Todo cambió el 14 de mayo de 1940, cuando cientos de bombas destruyeron un tercio del puerto, 24 mil viviendas y prácticamente todo el centro.
Sólo sobrevivieron un par de edificios como la oficina postal, el ayuntamiento y la bolsa de valores. Terminada la guerra se decidió demoler las ruinas y reconstruir todo en un estilo moderno. Se delineó un plan urbano experimental con estructuras orientadas hacia el río.
De cenizas a capital de arquitectura
Sin tener que preocuparse por temas de conservación, Rotterdam se convirtió en un campo abierto para la arquitectura experimental de toda Europa. Lijnbaan fue el primer prototipo de centros comerciales peatonales, las Casas Cúbicas se convirtieron en un ícono de vivienda vanguardista, y OMA, el despacho de arquitectura más importante de Holanda, puso sus oficinas centrales en la ciudad.
Año con año, nuevos proyectos como el Markthal reafirman la creatividad que existe en Rotterdam. La metrópoli se mantiene como el puerto más importante del continente y, mientras tanto, el flujo de ideas parece no detenerse.
Para los amantes de la arquitectura, lo mejor es visitar esta urbe durante la Bienal de Arquitectura (IABR). Cada dos años, la ciudad se transforma para albergar este festival de pensamiento y diseño. Además, los Países Bajos poseen una de las mejores redes de ciclovías en todo el mundo. Desde Rotterdam es posible hacer paseos no sólo por la ciudad, sino a ciudades vecinas como Gouda, Delft o La Haya.
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