El 2020 recibió a la humanidad con la peor pandemia del siglo XXI. Países enteros cerraron sus fronteras y se sometieron a cuarentenas severas, se suspendieron miles de vuelos y las personas se quedaron en casa durante meses. Sin embargo, las naciones de Europa están saliendo poco a poco del encierro, y para celebrar el fin de la cuarentena, la islandesa Björk ha diseñado tres conciertos para reactivar la escena musical alrededor del mundo.
Se trata de una serie recitales bautizados como Björk Orkestral que la artista dará en Reikiavik, la capital de Islandia, en compañía de la Orquesta Sinfónica del país. Después de tener que posponer espectáculos en Helsinki, Moscú, Berlín y París, la cantante hizo una pausa y ahora ha decidido dedicar sus próximos conciertos a quienes más sufrieron por el coronavirus, al movimiento Black Lives Matter y a la escena artística islandesa. Los eventos se realizarán el 9, 15 y 23 de agosto y permitirán un aforo de 1800 personas dentro de la sala Harpa. Dichas fechas forman parte de un adelanto del festival Iceland Airwaves, el cual se realizará del 4 al 7 de noviembre de este año.
Las personas podrán comprar entradas como a cualquier evento, pero quienes estemos al otro lado del mundo también podremos disfrutar del concierto, pues con un costo de 15 libras (alrededor de 430 pesos) se obtendrá un enlace para ver a Björk en vivo a través de la pantalla. Cabe añadir que el 20% de dinero recaudado de las entradas será donado a organizaciones de caridad empeñadas en el bienestar de las mujeres en todo el planeta.
Harpa, donde la música se fusiona con la naturaleza
Un de los aspectos que harán de estos recitales algo especial es que se llevarán a cabo en le interior rojo intenso de la sala de conciertos Harpa. Hablamos de una estructura contemporánea que, desde 2011, decora el límite norte de la ciudad, a pocos metros del gélido Atlántico norte. El edificio, diseñado en colaboración por el despacho Henning Larsen y el artista danés-islandés Eliasson Olafur, reluce una fachada en forma de caleidoscopio. En ella, se pueden observar un millar de módulos de vidrio y acero, parecidos a la estética de un panal, que inundan el interior de luz natural.
Un vistazo rápido a Reikiavik
Harpa está lejos de ser el único atractivo arquitectónico de la capital islandesa. Otra de las siluetas que se reconocen en la urbe es la iglesia Hallgrímskirkja, cuya fachada –simétrica y larga– se asemeja a la lava cuando fluye. Terminado en 1986, este templo luterano es uno de los más modernos y altos de toda Europa, alcanzando una altura de 75 metros. Otro espacio que atrae a los viajeros es Perlan. Se trata de una construcción futurista que se compone de un enorme domo colocado sobre seis inmensos tanques de aguas geotermales. Dentro está el museo de historia natural y el planetario Wonders of Iceland, así como el restaurant giratorio Perlan Restaurant.
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Foto de portada: tomada de YouTube
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