1. Cochinita, panuchos y longaniza de venado
Para principiantes en comida yucateca lo mejor es pedir este combo. La muy célebre cochinita, hecha en horno pib maya bajo tierra y servida con cebolla morada y chile habanero, debe comerse en tacos. Los panuchos, tortillas fritas rellenas de frijol cubiertas de pavo deshebrado, tomate, cebolla y pepino, son toda una experiencia con los sabores y texturas. Mientras que la longaniza de Valladolid, de venado de granja, tiene un sabor fuerte y se deshace en la boca.
2. Empanada de chaya
En Kinich, uno de los restaurantes más populares de Izamal, esta delicia destaca en el menú, muy buscada para compensar un poco las cantidades masivas de puerco y pavo que se consumen en este estado. Maíz, tomate verde, chaya, huevo y chile habanero: un manjar.
3. Papadzules
Utilizando sólo las recetas de su abuelita, David Cetina armó y consolidó ya desde hace varios años un asombroso y clásico menú yucateco, que hoy es la sensación de Mérida en su restaurante La Tradición. Los papadzules, uno de los platillos favoritos en la península, consisten en huevo cocido envuelto en tortillas recién hechas a mano, todo bañado en crema de pepita de calabaza y salsa de tomate.
4. Poc chuc
Las brasas impregnan un delicado sabor ahumado a este filete de cerdo, que toma una consistencia tierna. Se acompaña de chiltomate (una salsa roja) y naranja agria. Quien llegue hasta aquí se llevará una de las selecciones garantizadas del chef David Cetina, quien por cierto promueve la cocina yucateca tradicional a nivel mundial. El último año viajó difundiendo su menú a Estados Unidos, Canadá y China.
5. Sorbetes y marquesitas
El look austero de los carritos de helados y marquesitas que deambulan por todo Yucatán no es impedimento para probar, ya sea una clásica marquesita, un barquillo relleno de nutella, leche condensada o cajeta con queso edam o “de bola”, como le dicen acá; o un sorbete de mamey o de coco, un helado de vainilla o de limón. En locales como la Sorbetería Colón, en el Paseo de Montejo, también ofrecen champolas, una suerte de malteada de guanábana, elote, piña o mango.