Para las culturas prehispánicas el amarillo era el color del luto, quizá por eso el cempasúchil o “la flor de veinte pétalos” era tan importante en la antigüedad. Según los pueblos originarios esta planta representaba a los rayos del sol, era esa luz que alumbraba a los muertos en el lúgubre mundo de los muertos. Actualmente la importancia del cempasúchil no desapareció.
Las flores de cempasúchil son las encargadas de marcarle el camino a los difuntos cuando regresan la tierra de los vivos, Y es por eso que cada Día de Muertos llenan los panteones de la República Mexicana. La producción anual de esta flor se calcula en 14 mil toneladas y que miles de comercios la venden con mucha rapidez. Sin embargo más allá de que en estas fechas son fáciles de conseguir hay un viaje de otoño que todos deberían hacer; un viaje a los campos anaranjados (a veces amarillos) que hay en nuestro país.
Puebla y el cempasúchil
Puebla es el proveedor principal de esta flor y cada año en este Estado algunos espacios se pintan de un amarillo profundo. Sus principales campos están en: Palmar de Bravo, Santa Isabel Cholula, Tianguismanalco, Huejotzingo, San Jerónimo Tecuanipan, Tepeaca, Quecholac, Coronango, Cuautlancingo y Huaquechula. Sin embargo, si lo que se busca es una visita turística, lo mejor es ir a Cholula y Atlixco.
Estos dos destinos son ideales para presenciar kilómetros y kilómetros cubiertos de cempasúchil. Imaginen caminar en medio de flores hermosas y percibir ese aroma tan sencillo y natural. Además, si uno visita estos cultivos es recomendable pasarse a los pueblos que los rodean; ver los tapetes florales en Atlixco o ir a una de las tantas iglesias que hay en Cholula.
Oaxaca
Otro lugar donde crece esta flor es Oaxaca, una entidad llena de riquezas, tanto culturales como naturales. En este Estado hay campos de cempasúchil en las regiones del Istmo; en los poblados de La Tejabana, Valdeflores y Santa Ana Tlapacoyan. Asimismo en la capital se pueden encontrar algunos sembradíos en el majestuoso Jardín Etnobotánico.
Guerrero
Aunque Puebla es el principal lugar en el que se ubican estas flores anaranjadas; hay otros Estados que ofrecen este espectáculo. Y Guerrero es el mejor ejemplo de esto, ya que no sólo tiene playas impresionantes y unos cuantos pueblos mágicos, también cuenta con un campo interminable de cempasúchil en el en el municipio de Tixtla.
Hidalgo
Otro Estado cercano a la capital del país, en el que se siembra cempasúchil, es Hidalgo. Aquí están los campos de Ixmiquilpan, Francisco I Madero, San Salvador, San Agustín Meztitlan, Tezontepec de Aldama, Progreso, Tula y Tlacoxpan; todas estas regiones regalan a la vista una montaña cubierta de una capa de flores amarillas.
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