Tuvimos la suerte de llegar a Playa del Carmen y encontrar mal clima, y digo “suerte” porque en lugar de quedarnos tumbados todo el día en un camastro en la playa, pudimos recorrer a detalle cada una de las actividades que se realizan al hospedarse en Paradisus Playa del Carmen. El clima fue lo de menos, pues con el concepto Luxury Inclusive encontramos un sinfín de oportunidades para pasar unos días bastante entretenidos.
La habitación perfecta
El hotel se divide en dos áreas: Esmeralda (para familias que viajan con niños) y Perla (con la tranquilidad que buscan algunos adultos durante sus vacaciones), este último con un apartado denominado Royal Service (con habitaciones de lujo y mayordomo 24 horas). Quienes se hospedan en la Perla tienen acceso al complejo completo, y a la tranquilidad de algunas albercas reservadas. Dormimos en el sector de Royal Service y el cuarto contó con una enorme tina en la habitación y un jacuzzi en la terraza con vista al mar.
A esa estancia placentera en Paradisus se suma el sistema de arquitectura sensorial, que hace que cada espacio del hotel tenga un ambiente diferente; los detalles se notan en la decoración, musicalización, iluminación e incluso en una serie de aromas especiales para cada área, que permiten relajarse y descansar con los cinco sentidos.
14 restaurantes de especialidades
En Paradisus, las opciones gastronómicas no tienen fin, pues cuentan con 14 restaurantes en los que el chef es originario del país del que cocina o especializado en sus bases culinarias. Durante las reservaciones no hay restricción en el número de veces que se puede visitar un restaurante ni tiempo mínimo de estancia, los huéspedes pueden ir cuantas veces quieran y estar el tiempo que determinen.
Por dar algunos ejemplos de las opciones está Fuego, con una cocina fusión latina; Bana, una revelación asiática contemporánea con un comedor privado, mesas Teppanyaki y un bar de sushi sólo para adultos; Vento, de platillos mediterráneos; Mole, de gastronomía contemporánea mexicana; Toji, un concepto molecular con especialidades de sake, y la estrella del lugar: Passion, del chef Martín Berasategui, galardonado con siete estrellas Michelin.
Tiempo de relajación
En Yhi Spa tocamos el cielo, primero con una sesión de reflexología en la que lavaron nuestros pies y les dieron el mejor masaje que jamás se haya probado. Después, el lugar cuenta con 22 cabinas (14 interiores, 2 al aire libre y 6 en la playa), ahí, recibimos un masaje relajante que ayudó a eliminar el continuo estrés de la vida cotidiana. Luego, un té en un sillón con luz tenue, y por último, disfrutamos las instalaciones del spa, con vapor, sauna y albercas climatizadas.
Más tarde, otra forma de relajarnos la conseguimos al tomar la clase de cocina peruana, aunque también imparten talleres de sushi, catas de vino y degustaciones de tequila.
Responsables del entorno
Paradisus se encuentra en una zona de manglares, habitada por iguanas, changos y coatís. Eso permite que se organicen recorridos para observar la flora y fauna del sector, e incitar a los huéspedes a cuidarla.
El manglar ha crecido con el paso de los años y funciona como una especie de barrera que protege al hotel en temporada de huracanes, e incluso lo ha abrazado de tal forma que le ha dado cierta privacidad.
Como cadena hotelera (parte de los hoteles Meliá), en Paradisus están implementando un programa para evitar el uso de popotes y bolsas de plástico, utilizando opciones de cristal y reciclables.
También, en cada estancia, invitan a los huéspedes a donar para Unicef, y se han convertido en la compañía con mayores aportaciones a la organización.
Claro que los días soleados en Riviera Maya son esenciales, pero gracias al concepto de Paradisus, jamás extrañamos el sol. Hay hoteles donde te sientes muy consentido y Paradisus, donde la atención se cuida al máximo.
***
Tal vez te interese:
Hoteles para viajar con niños
Holbox, el último refugio
Tulum, mejor que nunca