Este 22 de septiembre, exactamente a las 15:31, dará inicio el otoño. Una estación que arranca formalmente con un suceso astronómico llamado equinoccio, que sucede cuando el Sol se posiciona exactamente a la altura de Ecuador. Este evento propicia que la noche y el día duren exactamente lo mismo, 12 horas cada uno. A partir de entonces, poco a poco, las horas de luz se irán acortando. Hay que destacar que este fenómeno ocurre sólo dos veces al año, también pasa cuando inicia la primavera.
Los lugares para celebrar la llegada de esta temporada son incontables. Esto se debe a que desde el inicio de los tiempos, el hombre ha hecho rituales ante cada cambio de clima. Los celtas, por ejemplo, encendían grandes antorchas para ver la duración de su flama porque de acuerdo a sus creencias el fuego determinaba la calidad de las cosechas del año. Asimismo, en Chichén Itzá y Teotihuacán las civilizaciones prehispánicas adoraban a sus dioses con una multitud de rituales.
Asimismo la naturaleza también tiene sutiles formas de celebrar al otoño, esto se puede ver en el cambio paulatino de colores de los paisajes tanto urbanos como naturales. Conforme los días se acortan y las noches se alargan, el verde se transforma en diferentes tonalidades de amarillos, marrones, anaranjados y rojos.
En honor a lo anterior aquí les dejamos una lista de sitios donde el equinoccio de septiembre hace real aquellas palabras que aluna vez escribió Albert Camus: “El otoño es una segunda primavera, donde cada hoja es una flor”.
Seúl, Corea del Sur
Una de las características más atractivas de esta ciudad es su dinamismo. En ella se entrelazan los más vanguardistas edificios, construcciones tradicionales y múltiples áreas verdes. El otoño aquí es un espectáculo visual de tonos rojizos que se puede disfrutar mientras se da un paseo por las colinas y los parques.
Bosque de maple, Jalisco
El arce es el árbol que produce la hoja emblemática de Canadá; esta especie es conocida por cambiar dramáticamente de follaje entre septiembre y diciembre. Afortunadamente para ver esta obra de la naturaleza no hay que ir hasta Canadá, ya que en México es posible caminar por un espacio lleno de estos troncos. Hablamos de un bosque que está ubicado cerca de pueblo de Talpa de Allende en Jalisco.
Schloss Neuschwanstein, Alemania
Luis II de Baviera fue conocido como el “rey loco” que entre otras cosas tenía fama de excéntrico. Esta personalidad única lo llevó a mandar edificar una serie de construcciones en lo más profundo de los bosques y montañas de Prusia. Entre todos, destaca este castillo que, aunque vale la pena conocer todo el año, es durante el otoño cuando el bosque que lo rodea se cubre de amarillo y marrón.
Cascadas de Hraunfossar, Islandia
Si algo distingue a este país son sus hermosos paisajes naturales llenos de aguas termales, piedra volcánica y bosques infinitos. Estas cascadas, por ejemplo, se extienden por casi un kilómetro antes de caer en el río. Durante el otoño la combinación del azul del agua, las piedras y los árboles transmutando de follaje crean una vista sin igual.
San Petersburgo, Rusia
San Petersburgo es una ciudad llena de arquitectura y de museos como el Hermitage. Esta urbe cambia según la estación y en todas es espectacular. Durante el otoño la ciudad se viste de tonos más cálidos y la temperatura empieza a bajar. El mejor lugar para observar los árboles tirar las hojas es, sin duda, el Summer Garden, en este espacio verde viven una multitud de estatuas de mármol que cuando llega octubre se colorean con el follaje del suelo.
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