La historia de México es vasta; las zonas arqueológicas, esparcidas por casi todos los estados, nos permiten viajar en el tiempo; los pueblos nos dejan apreciar la ecléctica arquitectura que se ha hecho a lo largo de los años y los museos (desperdigados aquí y allá) recolectan minuciosamente nuestro pasado. Sin embargo, hay un conjunto de predios enormes que a veces pasamos por alto: las haciendas.
Estas construcciones forman parte de la identidad nacional. Sus muros están llenos de las vidas de los que las habitaron: de trabajadores, de familias, de clérigos, etc. Y aunque en la actualidad estas casonas antiguas ya no tienen la importancia económica de otros tiempos, muchas de estas edificaciones se han transformado y se han convertido en hoteles, museos y spas cuyas puertas están abiertas al que quiera explorar un poco de la historia que hay en este sitio del mundo o al que le apetezca simplemente pasar unos días en el campo.
En honor a esto, hemos reunido algunas de las haciendas más impresionantes que hay en México.
Hacienda San José
Yucatán
Construida a finales del siglo XVIII sobre un ganadero que también sirvió como cañaveral, esta hacienda es la combinación perfecta entre vegetación tropical y arquitectura sublime. Este espacio le permite a sus visitantes muchos momentos de desconexión; basta acostarse en una hamaca sobre la alberca o ir a nadar en un cenote para olvidar todo lo demás.
Hacienda San Gabriel de las Palmas
Morelos
Esta hacienda fue un ícono del colonialismo mexicano. Se edificó en 1529 cuando los franciscanos construyeron ahí un monasterio. Años más tarde este sitio vio pasar la Independencia y la Revolución hasta que se convirtió en un refugio vacacional. Actualmente San Gabriel resguarda una gran colección de plantas, un museo, un hotel y un spa.
Hacienda Uayamon
Campeche
Las habitaciones de este espacio podrían contarnos fascinantes historias de hace 300 años y es que en esta hacienda todavía se pueden apreciar varios de los detalles originales de su construcción. Una multitud de estructuras que contrastan con un hotel de lujo que tiene todas las comodidades del siglo XXI. Todo converge en una filosofía de turismo sustentable.
Hacienda San Antonio
Colima
San Antonio no se parece a nada. Se trata de una hacienda bellísima que data del siglo XIX, en la que cada habitación nos permite contemplar el misterioso volcán de Colima. Pero además del paisaje, los huéspedes de esta casona tienen la oportunidad de disfrutar una serie de actividades de campo tales como ciclismo, cabalgata o senderismo.
Hacienda Acamilpa
Morelos
Esta antigua fábrica de azúcar tiene más de 400 años de historia. Un pasado que se refleja en el diseño de sus habitaciones, en la composición de sus jardines y en una melancólica capilla de piedra que está en el predio. Quedarse en Acamilpa es toda una experiencia que incluso le permite a los entusiastas del arte visitar una galería que hay en el sitio.
Hacienda del Carmen
Jalisco
La naturaleza es una parte esencial de esta hacienda que se encuentra ubicada en Ahualulco de Mercado, una zona conocida por sus plantíos de agave. Y es que esta construcción, en sí misma, nos permite sentirnos lejos de la ciudad y cerca del verde ya que gran parte de sus muros se encuentran cubiertos por enredaderas y otras especies vegetales.
Hacienda Xcanatún
Yucatán
A unos cuantos minutos de la ciudad de Mérida se encuentra esta vieja hacienda henequenera del siglo XVIII. Aunque el espacio se ha convertido en un hotel moderno, que incluso cuenta con una galería de arte, todavía se pueden apreciar en él algunos destellos de arquitectura de hace tres siglos,
Hacienda San Pedro Ochil
Yucatán
Conocida como Lugar del zorro en maya, esta hacienda fue una de las que brindó prosperidad al municipio de Abalá a finales del siglo XIX. Actualmente sus muros se transformaron en un cautivador parador turístico que ofrece talleres artesanales, paseos a caballo, alberca e incluso el Museo de las Haciendas Henequeneras de Yucatán.
Hacienda Santa María Regla
Hidalgo
Aquí el agua es el denominador común y los prismas basálticos que rodean Santa María Regla son la prueba de ello. Esta edificación fue construida por el conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, entre 1760 y 1780 y es considerada como una de las más grandes del mundo. Actualmente se puede recorrer parte de ella si se organiza un evento, u hospedarse en alguna de sus habitaciones.
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