La gran mayoría de los seres vivos regimos nuestro ritmo de vida por la luz, desde nuestras horas de comida hasta el momento en que vamos a dormir. Sin embargo, la iluminación también tiene un efecto sobre las emociones, pues nadie se siente igual en la noche que bajo el sol o al amanecer. Con esto en mente se realizó SKALAR, una experiencia inmersiva que, a través de una atmósfera de luz y sonido, explora lo más profundo de la psicología y los sentimientos humanos.
Es tan simple, que sólo se requieren tres”ingredientes”: música, luces y espejos, creados por el artista de luz Christopher Bauder y el compositor David Letellier, alias Kanding Ray. Su intención, desde el principio, fue no dejar nada estático y hacer una oda a la cinética. Por eso, no es de extrañar que los 65 espejos redondos que cuelgan del techo y los 90 haces de luz se sincronicen con la música electrónica y profunda que inunda el espacio en una danza que invitar a la introspección.
Entre tantos movimientos, llegan ciertos momentos en que todos los elementos encajan y se detienen por un instante, en una composición perfecta pero efímera. Las líneas rectas y filosas de los rayos se intersectan entre sí, se reflejan en los espejos y se proyectan en techos, paredes y piso para llenar el aire de un tejido monocromático o multicolor que remite a la geometría, a lo abstracto y a la belleza de los fenómenos físicos.
El arte como medio de la psicología
No se trata de una exhibición cualquiera, ya que la fuerza sensorial de los estímulos visuales y sonoros que uno percibe dentro del espacio no sólo está pensada desde el arte sino de la teoría psicoevolutiva de Robert Plutchik. Según el académico, las emociones humanas pueden reducirse a ocho: ira, miedo, tristeza, asco, sorpresa, anticipación, confianza y alegría. Éstas las proyectó en papel como la colorida Rueda de las emociones, la cual despliega cada sensación junto con sus extremos de demasía y escasez.
SKALAR se inauguró en Berlín en el marco del evento de música y artes visuales CTM Festival en enero de 2018. En esa ocasión, la experiencia se pudo vivir en Kraftwerk, una construcción industrial que permitía el movimiento de los rayos y sonidos emotivos. Para imitar esta atmósfera oscura y espaciosa, en nuestro país se eligió al Frontón México como sede, inaugurado en 1929 como una cancha de pelota vasca y remodelado en 2017 como un centro de entretenimiento (y cancha de jai alai).
Visitar SKALAR
La exposición estará abierta del 5 de noviembre al 2 de diciembre de 2019 en el Frontón México en un horario de 14 a 22 horas. Los boletos tienen un costo de $250 para entrada general, $350 en Fast Track y $500 en asientos VIP.
Dirección: Avenida de la República 17, Col. Tabacalera, CDMX.
Sitio web
Sigue a Paola en Instagram.
Foto de portada: Ralph Larmann
***
También te recomendamos:
Una muestra para adentrarse, literalmente, en la obra de van Gogh
Las nuevas visas que permiten a los mexicanos vivir en Alemania
La luz de las obras de James Turrell y dónde encontrarlas