A un costado de la Catedral Metropolitana y el Templo Mayor, se conserva una de las casonas más antiguas del Centro Histórico. Cimentada sobre una parte del templo ceremonial de Tezcatlipoca, este imponente inmueble señorial —conocido como Seminario 12— es un auténtico viaje a la época virreinal en el que las tradiciones y costumbres del siglo XVII cobran vida. El pasado 7 de junio, gracias al Club Travesías pudimos conocer todos los rincones de esta vivienda. Durante el siglo XVII, Seminario 12 fue una residencia familiar de dos mayorazgos –Hernando de Ávila y posteriormente a López de Peralta– para después convertirse, por más de veinte años, en el Colegio Chico de Santo Tomás, una escuela de educación religiosa. Sus techos altos, de más de cuatro metros, revelan la funcionalidad del inmueble que, en principio, fue habitacional, y luego sirvió como bodega y abastecimiento. Asimismo, fuel cuartel militar de Antonio López de Santa Ana, en el siglo XIX.
También te recomendamos:
Barrio Alameda: el renacer creativo del Centro Histórico
Aparecieron en Oaxaca unos murales legendarios
Seis sitios del Patrimonio Mundial desconocidos en México
Los diferentes usos que tuvo la casona durante años provocaron un deterioro gradual que persistió aún cuando se le declaró Monumento Histórico de la capital, en 1933. No fue hasta 1988 que Salvador López Negrete y Mónica Baptista comenzaron un intenso proceso de restauración, mismo que le devolvió casi el cien por ciento de su estructura original. Hoy, este espacio se utiliza para toda clase de eventos, desde sesiones fotográficas hasta cenas y cocteles. Incluso, bajo ciertas condiciones, la gente puede hospedarse. O bien, se puede visitarla sin razón alguna más que el simple placer de rodearse de un poco de nostalgia e historia. Durante el recorrido, los asistentes disfrutaron no sólo de una enriquecedora visita guiada por los recovecos de esta casa, sino también de una tarde en la que la vista hacia el Templo Mayor fue una de las experiencias más privilegiadas. Así, durante un momento, tres culturas distintas se unieron: los orígenes prehispánicos, la majestuosidad del virreinato, unidos en el México contemporáneo.