Para muchos, el azul representa tranquilidad, paz y hasta pureza. Es el mar, es el cielo, pero es también claridad y profundidad. Es tan definitivo que el equipo creativo de Pantone  lo eligió como el pigmento del año. Por si todo lo anterior fuera poco, este color es también un pretexto poco usual para recorrer una de las ciudades más icónicas (y estrafalarias) de Marruecos.

Chauen

Un azul brillante recorre las mezquitas, las paredes, las puertas, los faroles y hasta las escaleras irregulares de esta ciudad. Chuen fue fundada por refugiados judíos y musulmanes expulsados de España en el siglo XV, y aunque hoy en día es uno de los destinos predilectos para los viajeros, durante siglos fue considerado un sitio sagrado y el ingreso de extranjeros estaba prohibido.

Este singular destino, está ubicado en la cordillera del Rif, a orillas del Mediterráneo. Para visitarla hay que partir del Tánger en taxi o en autobús. El trayecto es un paisaje de montañas y bosque, perfecto para los que se quieran refugiar de casi todo.

En lo que a arquitectura se refiere, la ciudad es dueña de una tajante combinación de todos los azules existentes. Además, hay que destacar que Chauen nunca palidece, de hecho se renueva cada año previo al Ramadán, cuando los habitantes asean sus hogares y restauran sus fachadas como parte del Laouacher, una fiesta en la que se reúnen más de 10 toneladas de pintura blanca y azul.

Pero, ¿por qué azul? Algunos expertos sugieren  que es más bien un tema de simplicidad para ahuyentar a las moscas. También hay quienes argumentan que fueron los judíos quienes reemplazaron el verde del islam, en todos los rincones posibles, sin pensar tanto en el tono.

Qué más hacer en Marruecos

Vale la pena visitar Akchour, un parque natural que se encuentra a unos 30 kilómetros de la ciudad, donde destacan los árboles frondosos, senderos altos y cascadas naturales de belleza desbordante. Una de las actividades principales son las caminatas en las alturas.

Foto: Sergio Teixeira

También recomendamos hacer la Ruta de las mil Kasbahs en Ait ben haddou, al otro lado de la cordillera del Atlas, para conocer Marruecos como si uno fuera un antiguo comerciante. Las Kasbahs son fortalezas de barro que antiguamente funcionaban como residencia de los gobernantes, por eso en su interior solía haber espacio para la milicia. Entre estas edificaciones destaca el Ksar de Ait Ben Haddou, declarada en 1987 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Foto: Ángel Gómez.

Foto: Ángel Gómez.

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