Más allá de Angkor Wat: el modernismo tropical de Camboya
La Nueva Arquitectura Jemer le valió a Nom Pen el sobrenombre de “la perla del Este” en los años 60
POR: Diego Ávila
Camboya es uno de esos destinos que deberían estar en la lista de cualquier entusiasta de los viajes. Este pequeño reino, en el sudeste asiático, es hogar de los legendarios templos de Angkor Wat que año con año miles llegan a visitar. Sin embargo, aunado a estos templos arqueológicos, el país tiene mucho más que ofrecer, ya que cuenta con un extraordinario patrimonio arquitectónico que frecuentemente es pasado por alto.
Quizá el primer consejo para aquellos que quieren conocer los pormenores de Asía, sería que antes de ira las playas de Tailandia o a los monumentos históricos de Vietnam, hay que darse una vuelta por la capital camboyana de Nom Pen que guarda en su interior varios secretos dignos de descubrirse. Uno de los principales es una colección de edificios, que sobrevivieron los difíciles años del Khmer Rouge, que en la actualidad son testigos del optimismo que reinó tras la independencia camboyana en 1953 y antes del inicio de la guerra civil en 1968.
Inspiración jemer y optimismo moderno
Tras haber sido gobernados por Francia durante la última mitad del siglo XIX y la primera del XX, los territorios de la Indochina se independizaron en 1954. Laos, Vietnam y Camboya se forjaron como Estados independientes. En Nom Pen nació entonces un nuevo estilo arquitectónico que encontró inspiración en las líneas del antiguo imperio Jemer (que existió entre los siglos IX y XV), pero que incorporó materiales modernos como el concreto reforzado, el cristal y el acero.
Este movimiento fue bautizado como Nueva Arquitectura Jemer y su principal exponente fue Vann Molyvann. Un arquitecto que fue seleccionado como el gran artista estatal en los años cincuenta, y que bajo el patrocinio del rey Sihanouk edificó más de un centenar de estructuras a lo largo del país y en la capital.
La nueva arquitectura Jemer
La nueva arquitectura Jemer se extendió entre 1956 a 1972. A través de ella, Molyvann buscó hacer un homenaje a la herencia y al patrimonio cultural del joven país. Algunas de sus principales obras son el Auditorio y teatro Chaktomuk, el Palacio Estatal, el Colegio de Formación de Maestros, el Estadio Olímpico y el Teatro Nacional Preah Suramarit. Cada obra es dueña de un fuerte sentimiento nacionalista e identitario.
Para hacer estos edificios se utilizaron técnicas camboyanas de construcción tradicional. Son estructuras abiertas que permiten el flujo de viento (algo muy importante en un país con clima tropical) y muchas veces están ubicados sobre pilotes, lo cual evita que se dañen cuando hay inundaciones.
La perla del Este
Aunque el movimiento de la Nueva Arquitectura Jemer fue truncado súbitamente por el estallido de una guerra civil en el país, muchas de estas obras se mantuvieron en pie. Si bien el crecimiento económico de Camboya ha provocado que los precios de la tierra suban y se busque demoler edificios viejos para construir nuevos complejos de centros comerciales y departamentos, existen en la actualidad diversas iniciativas que buscan recuperar el valor histórico las construcciones de Molyvann.
Si bien la nación quedó devastada tras el genocidio que el Khmer rojo cometió, en su momento estos edificios fueron tan vanguardistas, que le ganaron a Nom Pen el sobrenombre de la “perla del este”. Se dice incluso que, cuando el primer ministro de Singapur, Lee Kwan Yew, visitó la capital camboyana en los años 60, exclamó que le gustaría ver que su ciudad se desarrollara de manera similar algún día.
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