Arqueología del olvido: lugares abandonados alrededor del mundo
¿Qué pasaría si la especie humana dejara de existir? Estos lugares nos dan una pista.
POR: Fernanda López Díaz
¿Qué pasaría con el mundo si los seres humanos dejáramos de existir? Es una incógnita que nunca se resolverá y que, sin embargo, puede explorarse. El mundo está muy lejano a la despoblación total, pero hay rincones en el mundo nos dan una probadita de cómo sería un mundo postapocalíptico, y en ellos resaltan desde centros comerciales hasta pueblos enteros.
El morbo –y hasta los escalofríos– hacen que turistas viajen alrededor del globo terráqueo en busca de lugares que han pasado al olvido, ya sea en busca de experiencias paranormales, actividades físicas extremas, o por el simple placer de capturar una imagen que raye en lo surrealista. Existen cientas de opciones, pero en Travesías nos hemos dado a la tarea de elegir las más impactantes, tanto por su historia como por su aspecto lúgubre. Estos son los mejores lugares abandonados para exploradores audaces.
Prisión de Rummu, en Estonia
Un encierro subacuático
La vida da giros extraños, y los lugares más temidos a veces se convierten en lugares únicos de entretenimiento. Este es el caso de la prisión de Rummu, un sitio de máxima seguridad, fundado por la Unión Soviética en la década de los 40. En 1991, cuando Estonia recuperó su independencia, esta cárcel quedó abandonada, y con el tiempo se sumergió. Eso ha provocado que hoy buzos de distintos lugares la visiten para explorar los restos de las celdas. El acceso al lugar está cada vez más restringido, en gran parte debido al riesgo que implica moverse entre restos. Sin embargo, ha sido escenario de proyectos artísticos, como el cortometraje The Most Beautiful Day, de Einar Kuusk, y el video de la canción Faded del DJ Alan Walker.
Pripyat, en Ucrania
La ciudad desierta
El norte de Ucrania alberga uno de los lugares abandonados más populares es históricamente fascinantes. Se trata del pueblo de Pripyat, un sitio que quedó completamente abandonado tras el accidente nuclear de Chernóbil. Aquí vivían los trabajadores de la planta, rodeados de toda clase de comodidades cotidianas de la época, como cines, restaurantes, teatros y tiendas. Hoy todos estos lugares siguen de pie, pero completamente abandonados. Existen muchas preocupaciones en cuanto a qué tan arriesgado es visitar este lugar, debido al alto contenido de radiación (aunque ha bajado considerablemente desde el desastre, se estima que faltan 24 mil años para que regrese a la normalidad). Sin embargo, hay una zona relativamente segura, en la que incluso se realizan recorridos turísticos.
Six Flags New Orleans, en Estados Unidos
Un carnaval de pesadilla
Un parque de diversiones si niños, sin música y con una infraestructura muy, muy oxidada. Este lugar existe, se llama Six Flags Nueva Orleans, y es el escenario ideal para vivir una pesadilla infantil. Este parque –antes un lugar con vida y estructuras sólidas– abrió sus puertas en el año 2000 bajo el nombre de Jazzland, y posteriormente pasó a ser propiedad de Six Flags. Operó por última vez en agosto de 2005 y, tras el huracán Katrina, nunca más abrió sus puertas. Eso no ha impedido que turistas y locales se aventuren a recorrer sus vestigios. Próximamente, esta área se convertirá en un centro comercial.
Hashima, en Japón
La isla prohibida
Mejor conocida como Gunkanjima –que significa “isla del acorazado”en japonés–, esta isla, propiedad de Mitsubishi, adquirió su peculiar estructura amurallada como una protección contra el oleaje del mar. Entre 1887 y 1974 fue hogar de los trabajadores que laboraban en una mina de carbón al interior del terreno, y contaba con toda clase de desarrollo, desde escuelas hasta burdeles. A finales de los años 60, cuando el petróleo desplazó al carbón, Mitsubishi cerró su planta y trasladó a sus empleados a otras zonas. En cuestión de meses, Hashima quedó vacía. Hoy, la isla pertenece al gobierno de Nagasaki y, aunque su daño estructural es muy grande, se puede visitar por medio de tours autorizados.
Acrópolis, en México
Un centro comercial en ruinas
Ubicada en el Estado de México, esta plaza lleva más de 20 años abandonada. Se construyó en 1990, y sólo permaneció abierta cuatro años. Su principal atractivo no eran sus comercios, sino su curiosa arquitectura inspirada en el Partenón. Acrópolis cerró sus puertas repentinamente y sin anunciarse, a causa de la quiebra financiera de sus dueños. Y ahora, sin locales, con vidrios rotos y una infinidad de tags grafiteros, es un punto común para jóvenes en busca de aventuras escabrosas y de fotógrafos en busca de escenarios únicos.
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