Se dice que en la Ciudad de México únicamente hay dos temporadas: seca y de lluvias. La cantidad de agua que cae del cielo muchas veces da pie al caos; el mes con mayor promedio de precipitación es julio con 124 mm al día, mientras que el más seco (diciembre) promedia 6. Si para el habitante de esta ciudad es demasiada lluvia, imaginemos que en Vancouver —donde curiosamente los meses se invierten— en diciembre caen en promedio 198 mm al día; esto quiere decir que en un metro cuadrado caen 198 litros, mientras que en su mes más “seco” (julio) el promedio es de 36 mm.
El viajero debe tener esto en cuenta cuando visite Vancouver, ya que incluso los mismos canadienses se quejan de las lluvias y de tener que cargar un paraguas a todos lados. Umbracity, una empresa local, hizo un experimento en la Universidad de Columbia Británica, en donde implementó un sistema de renta de sombrillas (así como muchas ciudades tienen uno de renta bicicletas, parecidos a Ecobici en la CDMX). Se trata de una estación en la que uno se puede registrar (también se puede hacer en línea) con un número telefónico y una tarjeta de crédito para sacar un paraguas; y cuando deje de llover, o al entrar a un espacio cubierto, devolverla y no tener que preocuparse por perderla.
Después de la positiva respuesta de la comunidad universitaria, la compañía ha decidido llevar el proyecto a las calles de la ciudad. Además de servirle a los habitantes y viajeros de Vancouver (también conocida como “Raincouver”); ayuda al medio ambiente al tener un programa en el que fabrican sus sombrillas con materiales reciclados y evitan el consumo innecesario de las mismas.
El plan a largo plazo es primero abarcar toda la ciudad, después todo el país y más adelante exportar su producto a ciudades con necesidades similares a Vancouver.