La guía infalible para aprovechar Las Vegas en 48 horas
La nueva escena gastronómica, cultural y de diseño que se esconde más allá de The Strip te dejará con ganas de volver una y otra vez.
POR: Mariana Castro
Durante años, el éxito de Las Vegas estuvo fuertemente ligado a la fiesta y el espectáculo. Sin embargo, poco a poco, este destino ha dejado claro que su oferta va mucho más allá del entretenimiento, gracias a una propuesta gastronómica que le pelea de tú a tú a otras grandes ciudades estadounidenses, opciones variadas a la hora de las compras, experiencias al aire libre y una escena independiente —creativa y auténtica— que se esconde más allá de The Strip. Éste es un itinerario de fin de semana para experimentar un poco de todo (por supuesto que la transición entre lugar y lugar contempla una parada en el casino para probar suerte, porque Las Vegas).
Día uno
Mañana
Las Vegas requiere bastante energía, así que hay que tener las pilas a tope desde el desayuno. Sadelle’s —el favorito neoyorkino— aterrizó en la ciudad, específicamente en el Bellagio, hace un par de años con todo lo que uno necesita para arrancar el día como se debe: bagels con queso crema y salmón, huevos benedictinos, pan francés, grilled cheese, mimosas y Bloody Marys. El espacio es muy lindo y los meseros, con uniformes color pastel que parecen de otra época, no pueden ser más amables.
De ahí hay que moverse a Downtown, donde los letreros de luces en Fremont Street conviven con propuestas culturales, gastronómicas y comerciales más auténticas y relajadas. En esta parte de la ciudad se han recuperado varios espacios históricos para darles una nueva vida y uno de ellos es Fergusons Downtown, un antiguo motel de la década de los cuarenta que hoy celebra la creatividad local de la mano de jóvenes diseñadores y emprendedores. Además de las pequeñas tiendas de ropa vintage, muebles, plantas, fotos y accesorios, aquí siempre sucede algo, desde conciertos hasta mercados itinerantes.
Tarde
El paseo por Downtown continua en 11th Street Records, donde uno puede pasarse horas curioseando entre vinilos, casetes y discos compactos que —según la tienda— empiezan a entrar también en la categoría vintage (muy fuerte). Para todos los viajeros melómanos, éste es el lugar para descubrir una nueva banda, encontrar joyas perdidas (a buen precio) o comprar boletos para el concierto de alguna promesa musical de origen local. De regreso en The Strip, hay que calmar el hambre con una visita a Julián Serrano Tapas, el restaurante del chef español en el Aria. Comida española deliciosa, ideal para compartir, en pleno desierto estadounidense.
Noche
Para disfrutar el combo nocturno propuesto hay que dirigirse al Park MGM. Primero, cena en Best Friend, a cargo del carismático Roy Choi, inventor del hoy famosísimo kogi, un barbecue coreano que se sirve en tortilla. Comer aquí es una experiencia divertida, colorida y llena de sabor. Para cerrar la noche está Mama Rabbit, un bar que presume la colección más extensa de tequila y mezcal en Estados Unidos.
Día dos
Mañana
El Gran Cañón es la carta fuerte de Las Vegas cuando se trata de atractivos naturales, y no hay mejor manera de entender las dimensiones de este lugar que con un tour en helicóptero. Para los que prefieren estar a nivel del suelo también hay varias rutas para hacer hikes e incluso navegar por el río Colorado en kayak. En cualquier caso, vale la pena salir muy temprano y dedicarle varias horas a la excursión.
Tarde
Para recuperar las calorías perdidas en la mañana hay dos lugares —para comer rápido y sin pretensiones— que nunca fallan: Eataly y Momofuku. Larga vida a ambos (y a sus pizzas y noodles). Después vale la pena visitar Exotics Racing, donde se puede elegir entre autos deportivos, coches de carreras y go karts para pasar un par de horas con la adrenalina a tope. Definitivamente, conducir un Ferrari, un Lamborghini o un Aston Martin a más de 200 kilómetros por hora es algo que sólo podría suceder en Las Vegas, y en este lugar se aseguran de que la experiencia sea totalmente segura y disfrutable. Otra buena opción al caer la tarde es volver a Downtown y visitar The Neon Museum, donde se exhiben muchos de los icónicos letreros de neón que han alimentado el imaginario colectivo de la ciudad.
Noche
Inspirado en la biblioteca de The NoMad Nueva York, The NoMad Library es uno de los lugares más originales y acogedores en The Strip. Cenar aquí es como estar en un set de película que sirve clásicos de la cocina estadounidense. Hay muchas opciones para compartir —mariscos, pastas, ensaladas—, incluido The Coq-tail, un trago para dos personas con vodka, maíz, canela y limón servido en un gallo (sí, un gallo) dorado. Total, estamos en Las Vegas. Aunque si de tragos se trata, Rosina, ubicado en el casino de The Palazzo, esconde una de las propuestas de coctelería más cuidadas de la ciudad. Un bar pequeño, elegante y de estilo art déco que sirve cocteles clásicos con maestría.
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