Destino: destino. Medio Oeste.

Cuando hablamos de las casas paradigmáticas del MidCentury Modern, la versión americana del modernismo, las dos costas son las que se llevan toda la atención. Pensemos en las glamurosas Case Study Houses en el sur de California o los rigurosos pabellones en New Canaan, Connecticut. Pero para mí, la mejor obra residencial del país está en el “prescindible” Medio Oeste.

La Miller House, diseñada por el arquitecto estadounidense de origen finlandés Eero Saarinen, se ubica en la pequeña ciudad de Columbus, Indiana. Con una población aproximada de 50 000 habitantes, Columbus tiene más premios Pritzker por kilómetro cuadrado que cualquier otro lugar en el mundo. La ciudad cuenta con una biblioteca diseñada por I.M. Pei, una escuela primaria de Richard Meier y varios edificios de oficinas de Kevin Roche, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Columbus puede agradecerle a J. Irwin Miller, presidente de la compañía local Cummins Engines, por ser patrono de estos grandes proyectos de arquitectura pública. Sin embargo, el Sr. Miller guardó la mejor parte para él mismo: una casa diseñada en 1957 por su querido amigo Eero Saarinen, en su mejor momento creativo y productivo. Construida con vigas de acero en forma de X, pintadas de blanco, la Miller House moderniza la geometría palladiana clásica con los materiales del siglo XX. El espacio más famoso de la casa es el “pozo de conservación”, un invento de Saarinen y de Alexander Girard, quien estuvo a cargo del colorido y alegre diseño de interiores. Si sumamos el paisajismo riguroso y sereno de Dan Kiley, tenemos aquí el mejor ejemplo de gesamtkunstwerk del modernismo estadounidense.

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En portada: Miller House. Foto: cortesía de Dung Ngo.

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